Adicciones
Cacao puro que se inhala, ¿un «subidón» saludable?
Es la nueva moda entre los jóvenes de Estados Unidos
Es totalmente legal, está disponible en el mercado y se está convirtiendo rápidamente en una moda juvenil en Estados Unidos: es el polvo de cacao puro que se inhala y que ya suscita dudas sobre si su consumo es conveniente o saludable.
Siguiendo la moda de las bebidas energéticas y en línea con la tradición de aspirar sustancias vegetales como estimulante, el consumo del cacao puro en polvo, comercializado bajo la marca Coco Loko, tiene como objetivo conseguir lo que el fabricante llama una infusión de «energía eufórica» y los jóvenes denominan un «subidón».
El producto, además de polvo de cacao puro, lleva ginkgo biloba, un estimulante vegetal que potencia la circulación sanguínea; taurina, uno de los componentes habituales de las bebidas energéticas, y semillas de guaraná, ricas en cafeína y empleadas tradicionalmente por los indígenas de la selva tropical amazónica.
Pese a lo explosivo de este cóctel, Nick Anderson -fundador y presidente de «Legal Lean», la empresa detrás de este nuevo producto- asegura que su polvo de cacao es inocuo y no incluye componentes químicos relacionados con ningún tipo de droga ilegal.
«Encargamos nuestros ingredientes en sitios de internet de gran reputación y que proporcionan informes de toxicología y análisis», declaró a la cadena de televisión ABC Anderson, de 29 años, quien asegura que él mismo prueba y consume su propio producto.
«Está diseñado para darte un subidón de endorfinas y una liberación de serotonina que te proporciona energía eufórica y vitalidad, algo extra para disfrutar de la noche y de la fiesta», explicó Anderson, cuya empresa tiene su sede en Orlando (Florida).
Pero, según el empresario, la inhalación de este polvo marrón, que lleva en el mercado sólo desde el mes pasado, proporciona también un «enfoque tranquilo».
Los efectos de la inhalación del cacao duran entre media y una hora y son similares a los de una bebida energética: «Te pone eufórico, pero también motivado a hacer cosas», según Anderson.
El empresario empezó esta aventura con una inversión de 10.000 dólares y, después de dos meses de ensayos con diferentes mezclas, siempre usando cacao crudo como base, llegó a la fórmula final que produce con una compañía de suplementos alimenticios.
Este polvo de cacao, que es presentado como un suplemento vegetal, no está regulado por las autoridades por no ser ni un alimento ni un fármaco, y tampoco ha sido prohibido porque, según indicó la agencia reguladora, la Food and Drug Administration, no ha habido «quejas de consumidores o enfermedades» asociadas a él.
Pero su consumo ha suscitado escepticismo entre la comunidad médica, con personas que aseguran que, aunque en lo inmediato parezca inocuo, eso no quiere decir que sea totalmente inofensivo.
«El asunto es cuáles son sus riesgos (...) No existen datos y, por lo que sé, nadie ha estudiado qué ocurre si aspiras chocolate por la nariz», declaró esta semana al diario «The Washington Post» Andrew Lane, director del Centro Sinusal del Hospital Johns Hopkins.
Lane admitió que quizá sea porque no está «en la movida», pero se mostró reacio a que uno llene sus cavidades nasales de cacao sin saber qué efectos tendrá a largo plazo, aunque dijo que no le preocupa que esto pueda llegar a considerarse una droga de evasión.
«Si vas a consumir drogas, probablemente no vas a empezar con chocolate», agregó.
Aunque el hecho de que el polvo de cacao se esnife, como la cocaína, pueda ser motivo de sospecha, los expertos consideran que la verdadera preocupación reside en el aumento de la presión sanguínea que provocan los estimulantes empleados en las bebidas energéticas y cuyos efectos se potencian al ser inhalados.
«Inhalar algo a través de tu cavidad nasal es un modo más rápido (de asimilarlo en tu organismo) que comiendo o bebiendo, que requiere cierta digestión», declaró el profesor de salud Paul Arciero a la revista «Health», quien recordó que ha habido casos de sobredosis de cafeína debidos al consumo de bebidas energéticas.
De ponerse realmente de moda el nuevo producto, pronto será común ver a los jóvenes emulando a los círculos aristocráticos europeos del siglo XVIII, en los que estaba en boga esnifar rapé, una costumbre que importaron de ciertas tribus indígenas de América para las que inhalar tabaco y otras plantas pulverizadas tenía connotaciones espirituales. EFE
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