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La cruda realidad política

La Razón
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Aunque el pasado junio fueron ocho los partidos políticos y 180 los diputados que hicieron prosperar la moción de censura contra Mariano Rajoy en el Congreso, la cruda realidad actual, a tenor de fracasos como el cosechado con el «techo de gasto» en julio, es que el Gobierno cuenta sólo con el respaldo de los 84 escaños del Grupo Parlamentario Socialista.

Cabe dar por hecha la satisfacción del Ejecutivo a cuantas exigencias sean planteadas por los partidos que respaldaron la moción para obtener, con ello, su voto favorable a las propuestas que el propio Gobierno presente en la Cámara Baja. No obstante, insistiré en el fiasco que supuso la negativa del Congreso al límite de gasto no financiero y a los objetivos de déficit y deuda pública, y dejaré constancia del negro panorama que esta situación plantea ante acuerdos cardinales como los requeridos para aprobar los próximos presupuestos generales del Estado y, entre otros ejemplos, normas con las que procurar que el Sistema Nacional de Salud progrese adecuadamente.

El nuevo modelo de financiación, la integración sociosanitaria o el plan de medicina personalizada requieren un liderazgo y un consenso difícilmente posibles con el apoyo de menos de un tercio del hemiciclo y con una dependencia total de partidos como Podemos, ERC, PDeCAT o Bildu, que tan reacios se han mostrado en los últimos años a realizar aportaciones constructivas en favor de una sanidad cohesionada y sostenible.

El contexto sería menos dramático si el Pacto de Estado fuese real, pero el entorno es el que conocemos, por eso, y a tenor de las deficiencias acumuladas desde que Sánchez accedió al poder, procede subrayar que la sanidad ha de estar por encima de las coyunturas políticas y que sólo al margen de los intereses partidistas será posible un modelo asistencial adaptado realmente a las necesidades asistenciales presentes y venideras.