Salud

La mortalidad por infarto aumenta durante los meses más fríos

Las muertes de los ingresados por esta causa entre enero y diciembre son dos puntos más altas que las sucedidas en agosto, según un estudio

La mortalidad por infarto aumenta durante los meses más fríos
La mortalidad por infarto aumenta durante los meses más fríoslarazon

Las muertes de los ingresados por esta causa entre enero y diciembre son dos puntos más altas que las sucedidas en agosto, según un estudio

El porcentaje de personas que fallece tras un ingreso por infarto agudo de miocardio durante los meses de verano es inferior que el resto del año. Así se desprende de un estudio incluido en la última edición de Revista Española de Cardiología (REC), publicación científica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). El trabajo analiza la relación entre la temperatura aparente y los principales contaminantes atmosféricos con los ingresos por infarto. Y los datos descriptivos de la investigación ponen de manifiesto que la mortalidad de los pacientes ingresados durante los meses más fríos (enero, febrero, noviembre y diciembre) superó el 10%, mientras que el mínimo en la mortalidad durante el ingreso se registró en agosto, cuando falleció el 7,8% de los pacientes ingresados.

“Los seres humanos interaccionan constantemente con el medio, por esto, variables como las condiciones meteorológicas o los contaminantes atmosféricos a los que se ven expuestos podrían ser variables predictoras en la morbimortalidad cardiovascular”, explica Ana Santurtún, una de las autoras del estudio.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un 24% de la carga mundial de morbilidad (es decir, la cantidad de personas que enferman en un lugar y un periodo de tiempo determinados) en relación con el total de la población, y un 23% de la mortalidad son atribuibles precisamente a factores ambientales.

En concreto, la temperatura aparente, –esto es, un índice biometeorológico que integra la temperatura del aire, la humedad y la velocidad del viento– analizada en este estudio es considerado el mejor índice experimental de confort térmico para predecir la mortalidad. “De ahí que los resultados encontrados en este aspecto sean de gran interés como posible herramienta de prevención”, valora la experta.

La investigación, llevada a cabo en Cantabria, se dividió en dos fases. En la primera, se realizó un estudio descriptivo de los ingresos por infarto agudo de miocardio en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla entre 2001 y 2015; y en la segunda, se hizo un análisis de correlación retrospectivo para determinar la relación entre los ingresos hospitalarios por infarto y los distintos factores ambientales.

El martes, día negro

Durante los 15 años que duró el estudio, el hospital cántabro atendió un total de 9.871 ingresos por infarto agudo de miocardio. Si bien la mortalidad hospitalaria por esta causa resultó ser más elevada en los meses más fríos, registrando el mínimo en agosto, su incidencia registra un pico en los primeros meses del año –siendo febrero el mes con el máximo promedio de ingresos por esta causa– y disminuye durante la primavera.

Por otra parte, si se analiza la distribución semanal de los infartos, el mayor número de ingresos se produce durante los días laborales frente al fin de semana, siendo el martes el día que mayor número de casos se registró y el sábado, el que menos.

Además de analizar, por primera vez en nuestro país, la relación entre la temperatura aparente y los infartos (detectando una conexión inversa el mismo día de la exposición), este trabajo también se detiene en la existente entre éstos y la contaminación atmosférica, encontrando una relación directa y significativa entre el número de ingresos y la exposición a partículas contaminantes denominadas PM10.