Estados Unidos

Los agentes dobles del cáncer, al descubierto

Los oncólogos utilizan todas las técnicas a su alcance para acabar con las células cancerígenas, pero algunas saben disfrazarse de células sanas. Los investigadores están aprendiendo a desenmascararlas

Respuesta el sistema inmunológico en tres pasos
Respuesta el sistema inmunológico en tres pasoslarazon

lenn Dranoff, máximo responsable de Inmuno-oncología de los Institutos de Investigación Médica de Novartis (NIBR), explicaba en un reciente encuentro científico en la sede de la compañía en Boston (Estados Unidos), que los tumores envían señales contradictorias al sistema inmune, que sería el responsable de acabar con ellos dentro de nuestro organismo. En principio, las células cancerosas deberían ser reconocidas como tales por su inestabilidad genética. No obstante –afirmaba– éstas mantienen características propias de las células normales y se mantienen «escondidas».

Los equipos de investigadores que lidera este oncólogo, que llegó a Novartis desde el Instituto Dana Farber y ha sido profesor en la Universidad de Harvard, están aprendiendo a entrenar a unas células del sistema inmune, las células dendríticas, para que reconozcan a las impostoras y acaben con ellas.

Aunque se trata de una línea de investigación que aún no tiene aplicación, los científicos han depositado muchas esperanzas en ella. Esta misma semana, durante el Foro Mundial de Innovación Médica, celebrado en Boston la misma semana que el encuentro de Novartis, este enfoque ha sido reconocido como una de las doce estrategias clave para el futuro de los tratamientos del cáncer.

La técnica incluye tres fases. En la primera, o «educativa» las células dendríticas reconocen a las cancerígenas como extrañas, pero el «disfraz» impide que las destruyan. En esta parte del proceso se intenta entrenarlas para que las identifiquen con mayor precisión. El segundo paso es la activación, que consiste en que las células dendríticas comunican lo aprendido a otros «soldados» del sistema inmune y los activan. En los ganglios linfáticos, esta información se transmite a las células B y T. La tercera y última fase del proceso es la diseminación. Debidamente informadas y preparadas para actuar, las células B y T patrullan en busca de entornos característicos de los tumores, prestando atención a las diferencias entre las células tumorales y las sanas.

En palabras de Dranoff, la originalidad de este enfoque es que va dirigido al sistema inmune, en lugar de al tumor: «Aprovechamos que la respuesta inmune es dinámica y tiene memoria, de forma que los efectos antitumorales se ejercen a largo plazo».