Ganadería

La leche orgánica tiene más omega-3 y hierro, pero menos selenio

«Las embarazadas pueden obtener un 50% más de omega-3 sólo con optar por leche y carne orgánica», asegura el director del estudio

El modo de producción y la alimentación de las vacas explica las diferencias nutricionales entre los productos orgánicos y convencionales
El modo de producción y la alimentación de las vacas explica las diferencias nutricionales entre los productos orgánicos y convencionaleslarazon

«Las embarazadas pueden obtener un 50% más de omega-3 sólo con optar por leche y carne orgánica», asegura el director del estudio

Un equipo internacional de investigadores dirigidos por la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, ha demostrado que la leche y la carne orgánicas contienen aproximadamente un 50 por ciento más de ácidos grasos omega-3 que los productos convencionales. En el caso de la leche, los expertos analizaron 170 estudios publicados. Y concluyen que, además de tener una composición de ácidos grasos más deseable que la leche convencional, «tiene una mayor concentración de hierro, pero un menor contenido de selenio y yodo», según los datos facilitados a este periódico.

En concreto, según el estudio publicado esta semana en la revista científica «British Journal of Nutrition», las concentraciones totales de ácidos grasos poliinsaturados y de omega-3 fueron significativamente superiores en la leche orgánica, un 7 y un 56 por ciento más, respectivamente. Esto explica que en medio litro de leche orgánica se obtengan 39 miligramos de omega-3 y únicamente 25 mg con la leche convencional.

Respecto a la cantidad de ácido alfa lipoico, un antioxidante, la leche bovina orgánica tiene un 69 por ciento más. Este estudio también mostró que la leche orgánica tiene mayor concentración de alfa-tocoferol, un antioxidante de origen natural, y de hierro, pero en cambio un menor contenido de selenio (un oligoelemento que ayuda al organismo a prevenir enfermedades degenerativas) y de yodo.

Carne

En el caso de la carne, los investigadores hicieron un metaanálisis de 67 estudios en los que se comparaba la composición de productos cárnicos orgánicos y no orgánicos. Los expertos encontraron diferencias significativas en diferentes especies ganaderas analizadas. No obstante, no precisaban el tipo de carne. En cualquier caso, las concentraciones de ácidos grasos saturados y ácidos grasos monoinsaturados fueron similares o ligeramente inferiores en la carne orgánica que en lo convencional. Sin embargo, en el caso de los ácidos grasos poliinsaturados la carne orgánica tenía un 23% y un 47% más (según el tipo) que la carne convencional.

«En Europa tomamos entre cinco y siete veces más cantidad de omega-3 con la carne que con la leche, por lo que el impacto de que consumamos carne orgánica o convencional es mayor, aunque esto depende del tipo de carne ingerida», explica el director del estudio y profesor de la citada universidad, Carlo Leifert.

Las personas eligen la leche orgánica y la carne por el bienestar de los animales, el menor impacto de la agricultura ecológica sobre el medio ambiente y los beneficios para la salud percibidos. Pero se sabe mucho menos acerca de la calidad nutricional de los productos orgánicos y ecológicos, de ahí la necesidad de este estudio, que «es el primero que realmente analiza estos datos a escala global a partir de los resultados de estudios previamente publicados», destaca el director del metaanálisis.

La ingesta de omega-3 (muy presente en el pescado) resulta útil para reducir los niveles de triglicéridos, colesterol, fortalecer el sistema inmune, y reducir las enfermedades cardiovasculares, mejora el desarrollo y la función neurológica y una mejor función inmune.

«Pero son las mujeres embarazadas y las que están amamantando a sus hijos las que necesitan una mayor cantidad de ácidos grasos omega-3 porque son importante para el desarrollo cerebral. Nuestro estudio sugiere que si cambian de convencional a orgánico automáticamente ingerirían un 50% más de omega-3 con la misma cantidad de calorías consumidas», hace hincapié Leifert.

La explicación de estas diferencias nutricionales se deben al modo de producción, entre animales criados al aire libre que producen leche y carne que es más alta en ácidos grasos deseables, como los ácidos grasos omega-3, y más baja en ácidos grasos que pueden provocar enfermedades del corazón y otras patologías crónicas, según el estudio.