Cómo prevenir la cistitis en verano

Evitar la humedad del bañador, ir al lavabo antes y después de tener relaciones y beber mucha agua pueden ayudarte a evitar una molesta y dolorosa infección en el tracto urinario.

Provoca una quemazón muy molesta y dolorosa en el tracto urinario. Quien la padece siente la necesidad urgente o frecuente de orinar, pero cuando lo hace, la expulsión le resulta difícil, dolorosa e incompleta. La temida cistitis, una infección de las vías urinarias del tracto inferior, la vejiga y la uretra, azota con especial virulencia en verano porque se dan dos de los factores que más las favorecen: la humedad de los bañadores y el aumento de las relaciones.

Otros factores que pueden favorecer la cistitis son la retención urinaria y la resistencia a ciertos antibióticos que potencian el acceso de microorganismos patógenos a las vías urinarias. Se sabe que en las mujeres, la bacteria responsable de más de un 80% de casos en cistitis es la Escheria Coli, un microorganismo frecuente en el aparato digestivo y en la vejiga.

Para evitar que este tipo de infecciones nos amarguen las vacaciones, la profesora de farmacología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Centro de Información de la Cistitis, Teresa Ortega, recomienda como herramientas de prevención:

• Beber de 2 a 2,5 litros al día para conseguir un flujo de orina

• Cuidar la dieta para favorecer una correcta evacuación

• Evitar bebidas excitantes o carbonatadas

• Cambiar el bañador mojado

• Orinar con frecuencia (cada dos o tres horas)

• Orinar antes y después de mantener relaciones sexuales porque ejerce un efecto lavado

• Usar jabones neutros

• Evitar la ropa ajustada

Además, Ortega recomienda utilizar hoja de gayuba “principalmente en la fase aguda” por sus propiedades anti infecciosas o preparados de arándano rojo americano.

Por qué son tan importantes los preparados de arándano rojo americano

Ortega explica que, por sus propiedades, el arándano rojo bloquea la capacidad de adhesión de las bacterias en el tejido del aparato urinario. “Se interrumpe la primera fase del proceso de colonización, evitando la estabilización de la infección y la liberación de toxinas por parte del microorganismo”, explica.

La profesora de farmacología de la UCM advierte que a la hora de plantear un tratamiento con arándano americano es importante “conocer la composición química para ajustar adecuadamente la posología” porque, señala, “la ingestión de zumos no garantiza la eficacia evitando la infección”.

Una infección femenina

Un estudio llevado a cabo por el Centro de Información de la Cistitis reveló que un 25% de las mujeres encuestadas había sufrido algún episodio de cistitis en 2013 y llegó a la conclusión de que hasta un 37% de las mujeres sufre al menos un episodio de cistitis durante su vida.

Hay dos periodos en los que la infección se da de con más frecuencia. La primera coincide con el inicio y la mayor actividad de las relaciones sexuales, entre los 20 y 30 años. La segunda, a partir de los 50 años, “en coincidencia con la etapa climatérica”, es decir, antes y después de la menopausia, apunta Ortega.

Aunque la incidencia en hombres es notablemente menor –es muy baja hasta los 50 años-, también pueden padecer cistitis. Es a partir de esa edad cuando se observa un claro incremento en este tipo de infecciones “como consecuencia de la instauración de patologías que afectan a la glándula prostática”, explica Ortega.