Salud
Guía para evitar el estrés laboral (y ser feliz en la oficina)
Ansiedad, insomnio, presión arterial alta, sudores y hasta dolor de estómago. Todos hemos experimentado alguna vez un periodo de estrés laboral y hemos sufrido, desgraciadamente, estos síntomas.
Ansiedad, insomnio, presión arterial alta, sudores y hasta dolor de estómago. Todos hemos experimentado alguna vez un periodo de estrés laboral y hemos sufrido, desgraciadamente, estos síntomas. Según un estudio llevado a cabo en EEUU, el estrés laboral crónico afecta a por lo menos el 70 por ciento de los estadounidenses, lo que se traduce en que ocho de cada 10 estadounidenses empleados reportaron sentir estrés en el trabajo debido a factores como el aumento de las cargas de trabajo y compensación personal-profesional inadecuada. Una reunión importante, la entrega de un proyecto o un jefe tóxico no facilitan las cosas, aunque es fundamental aprender a manejar esas situaciones para lograr reducir los niveles de estrés laboral y lograr ser feliz en la oficina.
La buena noticia es que el estrés laboral se puede evitar, o al menos controlar. Si bien no podemos elegir a nuestro jefe, rebajar nuestras responsabilidades o evitar esa reunión que tanto nos preocupa, sí podemos trabajar en la capacidad de adaptarnos al estrés de una manera saludable y siendo conscientes de lo que está sucediendo. Para ello, existen diversas prácticas que podemos integrar en nuestras rutinas cotidianas, aunque la mayoría de ellas se reducen a un tema común: la atención plena.
La idea es lograr practicar mindfulness, o atención plena, en los diferentes ámbitos de nuestra vida; mientras caminamos, estamos en una reunión o enviando un e-mail. ¿Pero cómo llevarlo a cabo? Aquí una breve guía para lograrlo.
1. Establecer una práctica regular de la meditación: 10 minutos al día de meditación son suficientes para “aliviar” el estrés. Meditar nos permite autoexplorar nuestra conciencia e interactuar con nosotros mismos. Es la única forma de tomar conciencia de nuestras emociones y pensamientos, de evitar que estos vayan y vengan sin control.
2. Relajar el cuerpo: ya hemos tratado este punto con anterioridad, pero el estrés se refleja en tensión física (¿os acordáis de relajar la mandíbula?). Un buen ejercicio para aliviarla en el trabajo sería: sentados en el escritorio, estirar las manos, movilizar los dedos, y masajear los hombros (principales afectados por la tensión). Y respira, date un momento.
3. Pensar antes de hablar: el punto más sencillo es a veces el más complicado, sobre todo en el entorno laboral. Evita hablar si estás enfadado porque el sentimiento puede ser contraproducente. Mejor comenzar un diálogo con nosotros mismos, calmarnos, balancear las emociones y, ahora sí, exponer lo que sea necesario.
4. Generar empatía: el trabajo en equipo puede ser uno de los mejores alicientes para ir cada día a la oficina. Generar empatía con los compañeros de trabajo produce una sensación general de bienestar, porque además son las personas con las que más horas al día pasamos.
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