España
Viviendas aptas para hacerse mayor
Una de las pocas cosas seguras en esta vida es que no se es eternamente joven. Poco a poco las personas vamos envejeciendo y vamos perdiendo capacidades físicas, cognitivas y sensoriales, volviéndonos más dependientes. Sin embargo, ello no implica que no se pueda continuar llevando una vida lo máximo de autónoma posible.
Una de las pocas cosas seguras en esta vida es que no se es eternamente joven. Poco a poco las personas vamos envejeciendo y vamos perdiendo capacidades físicas, cognitivas y sensoriales, volviéndonos más dependientes. Sin embargo, ello no implica que no se pueda continuar llevando una vida lo máximo de autónoma posible.
Administración y empresas privadas deben afrontar el difícil reto que supone hacer posible que las personas mayores puedan seguir realizando por si solas las tareas de su vida cotidiana durante el máximo de tiempo posible. La situación es acuciante teniendo en cuenta el actual contexto de envejecimiento de la población: cada vez vivimos más (la esperanza de vida en España es ya de 82 años, 79 para los hombres y 85 para las mujeres), a la vez que no hay relevo generacional (los nacimientos cayeron por quinto año consecutivo en 2013).
Ante tal situación está floreciendo una industria de tecnologías y servicios orientada a un envejecimiento con calidad de vida. Dentro de este subsector, destacan todas aquellas soluciones relacionadas con la vivienda, uno de los ámbitos donde la autonomía de las personas mayores cobra mayor importancia pues les permite poder seguir viviendo solas.
Las arquitectas Marta Jarabo Devesa y María González Aranguren han ideado, por ejemplo, un módulo de vivienda que prevé las soluciones de accesibilidad necesarias a lo largo de la vejez. “En nuestro proyecto, todas las posibles soluciones de accesibilidad se han integrado desde el principio para que los ancianos puedan sentirse autónomos y seguir realizando las tareas de su vida cotidiana, lo que les permite vivir de forma independiente en una casa familiar y cómoda”, explican.
El proyecto, llamado Senexpan, incorpora, entre otras soluciones, “suelo antideslizante, un sistema domótico que avisa de la toma de las pastillas, raíles en el techo para poder instalar una grúa o un tubo para colgar el suero o una botella de oxígeno en caso de ser necesario”, amplía Marta González. La idea de Marta Jarabo Devesa y María González Aranguren, que ha merecido el primer premio del III Concurso de Arquitectura Social Fundación Konecta, tendrá pronto un prototipo y el objetivo de las fundadoras es que este modelo de vivienda apta para envejecer sea más adelante una realidad en el mercado inmobiliario.
Tecnologa al servicio de las personas
Las nuevas tecnologías aplicadas al hogar son una gran herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas mayores y permitirles una mayor autonomía. Los dispositivos que recuerdan la toma de medicación y los sistemas inteligentes de alerta en caso de accidente son, seguramente, dos de las soluciones más conocidas e implantadas, pero el abanico de posibilidades es ya muy amplio. Enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, del cual se celebró el día mundial el pasado 21 de septiembre, pueden ser detectadas en sus primeros estadios gracias, por ejemplo, a un sistema de sensores ideado por Tecnalia que, instalado en una vivienda, permite monitorizar las actividades y hábitos de la persona, y detectar cambios en dichos hábitos y actividades que pueden ser síntoma de trastornos relacionados con dichas enfermedades.
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