Alimentación

Pon un huerto en tu vida: vivirás mejor

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La agricultura urbana, es decir, cultivar lechugas, tomates o pepinos en la terraza o el balcón de casa, es un fenómeno en alza, porque, dicen los que la practican que “mejora la vida de las personas y las mantiene ocupadas”.

Barcelona ha acogido desde el viernes y hasta hoy el primer encuentro de agricultura urbana que, bajo el lema “Cultiva la ciudad, cambia la vida”, ha permitido a los agricultores urbanos, unos mil sólo en la capital catalana, intercambiar experiencias y animar a los indecisos a unirse a la actividad.

El coordinador del encuentro, Josep Maria Vallès Casanova, ha comentado a Efe que el encuentro se ha hecho necesario por la proliferación de huertos urbanos en Barcelona y su área metropolitana.

La cooperativa Tarpuna, comprometida con la sostenibilidad, la igualdad de oportunidades y la justicia social, ha sido la precursora de esta iniciativa que ha salido adelante gracias a más de 20 entidades de Barcelona y su área metropolitana.

Vallès ha admitido que actualmente hay “mucha movida gracias al ‘Plan Buit’”, una iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona que permite a las entidades sociales convertir en huertos comunitarios los solares en desuso.

Según Vallès, las personas que deciden cultivar un huerto, ya sea en casa o comunitario, tienen objetivos muy diversos, desde alimentarios, de aprendizaje o lúdicos, hasta labores sociales que promueven la ocupación.

El coordinador del encuentro ha asegurado que “en una situación de crisis como la actual, la gente sin trabajo tiene mucho tiempo libre e invertirlo en un huerto es una buena manera de mejorar su vida”, a la par que los huertos comunitarios resultan útiles “para dinamizar los barrios, lo que acaba siendo una mejora de la sociedad”.

En el encuentro que finaliza hoy, los visitantes han podido aprender que los huertos urbanos pueden ser comunitarios, en asociaciones de vecinos y patios comunitarios, o particulares, en patios, terrazas, balcones e incluso ventanas; que pueden ser horizontales, en el suelo o en mesas y cajoneras de cultivo, o verticales, pequeños cajones adosados a una base que se cuelga de la pared elegida.

Los precios de las mesas y cajoneras varían según el material y el tamaño, pero oscilan entre 50 y más de 300 euros, aunque el precio de los huertos verticales es un poco más económico.

El encuentro de huertos urbanos, celebrado en un buen mes para sembrar y que concluye hoy en el Espai Jove La Fontana de Barcelona, ha incluido actividades de iniciación al huerto, talleres y grupos de trabajo en los que han discutido y formado a los asistentes sobre temas como legalidad, ya que la normativa urbanística no es demasiado clara respecto a la agricultura urbana.

Bajo el lema “Trae un pote y haz un huerto”, los participantes han podido convertir en pequeños huertos desde tetra briks o botellas, hasta cajas viejas o zapatos y mochilas viejas.

Lamentablemente, no hay datos de cuántos particulares tienen huertos urbanos en casa y por eso una de las actividades del encuentro ha sido “Gúguel en el huerto” en la que los participantes han marcado en un mapa dónde está su huerto para poder introducir todos los datos en un mapa “on line”.

Sin embargo, los organizadores calculan que debe de haber unos 1.000 huertos y aseguran que pese “no tener un recuento claro y exhaustivo, vemos el interés en el tema en la gente que compra libros, visita nuestra web o se suscribe al boletín”.