Aguirre y las dudas sobre la sanidad andaluza

El nuevo consejero de Salud conoce el sector y tiene un gran talante, pero su perfil esconde algunas lagunas

El nombramiento de Jesús Aguirre como consejero de Salud por parte del nuevo presidente de la Junta de Andalucía ha causado sorpresa en algunas familias del PP y en el sector sanitario. Aguirre es un médico al que no se le puede reprochar su conocimiento de la política y de las organizaciones profesionales. Fue presidente del Colegio de Médicos de Córdoba, estuvo en la Organización Colegial de Isacio Siguero y de Juan José Rodríguez Sendín y ha permanecido en la Cámara Alta hasta su desembarco en Andalucía. Desde este punto de vista, su conocimiento de los problemas de la Sanidad y de sus interlocutores es indudable. Aguirre tiene además un gran talante y encaja con finura las críticas. El que esto escribe puede dar fe de ello al poner en solfa su apoyo a la Ley del Vino de Elena Salgado. En el sector más reticente del PP cuestionan, sin embargo, que el perfil de Aguirre no responde a la imagen juvenil y de modernidad que debe transmitir este partido, y dudan de que sea el más idóneo para gestionar un mastodonte trufado de altos cargos socialistas. Sin currículum de gestor, Aguirre entrará en una Consejería que será un campo de minas, con el peso del Servicio Andaluz de Salud y de la Escuela Andaluza de Salud Pública en la mochila. Aguirre podrá tirar de talante para capear los problemas que se le vienen encima, pero necesitará rodearse de un equipo de peso si quiere dar el vuelco a una Sanidad que será vital para el devenir del PP en la región.