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Desarrollan un analgésico no adictivo tan efectivo como la morfina

El medicamento, una variante de ingeniería de la endomorfina neuroquímica que se encuentra naturalmente en el cuerpo, reduce el tiempo de recuperación y previene la recaída en el dolor crónico

El nuevo fármaco aceleró inesperadamente la recuperación del dolor / Foto: Gtres
El nuevo fármaco aceleró inesperadamente la recuperación del dolor / Foto: Gtreslarazon

El medicamento, una variante de ingeniería de la endomorfina neuroquímica que se encuentra naturalmente en el cuerpo, reduce el tiempo de recuperación y previene la recaída en el dolor crónico

Investigadores de la Universidad de Tulane (Estados Unidos) han desarrollado unos analgésicos no adictivos tan efectivos como la morfina, pero que también disminuyen la inflamación, reducen el tiempo de recuperación y previenen la recaída en el dolor crónico.

La morfina y otros analgésicos opiáceos son muy efectivos para tratar el dolor inicialmente, pero estudios han demostrado que los fármacos pueden hacer que los pacientes sean más sensibles al dolor, prolongando sus molestias y aumentando sus riesgos de desarrollar dolor crónico. Este nuevo hallazgo, publicado en la revista 'Journal of Neuroinflammation', no tiene este efecto secundario y acelera el tiempo de recuperación del dolor en comparación con la morfina.

"Un medicamento que previene la transición del dolor agudo a crónico recurrente representaría un verdadero avance en el desarrollo de medicamentos para el control del dolor. Los mecanismos detrás del cambio de dolor agudo a crónico no solo han sido esquivos, sino que los esfuerzos para frustrar esta transición han tenido poco éxito", explica el autor principal del trabajo, James Zadina.

Los científicos probaron un nuevo opiáceo llamado ZH853 utilizando modelos de ratas de dolor inflamatorio y dolor después de la cirugía. El medicamento es una variante de ingeniería de la endomorfina neuroquímica, que se encuentra naturalmente en el cuerpo. Trataron a las ratas con este compuesto, morfina o un placebo. Las tratadas con morfina durante unos días se recuperaron más lentamente que las que recibieron un placebo, tanto si se administraba antes como después de la lesión, lo que indicaba que el uso previo o el abuso de opiáceos podía agravar la recuperación posterior de la lesión.

Cuando se probó en las mismas condiciones de dolor inflamatorio y postoperatorio, el nuevo fármaco aceleró inesperadamente la recuperación del dolor, en algunos casos reduciendo a la mitad el tiempo de recuperación en comparación con la morfina y el placebo. En un grupo, el dolor duró 32 días sin tratamiento, 46 días después de la morfina y solo 11 días después del ZH853.

Los investigadores también realizaron pruebas para detectar una forma de sensibilidad al dolor que puede ser enmascarada por cambios en el sistema de endorfinas del cuerpo después de una lesión. Cuando una lesión causa dolor, el sistema de opiáceos endógeno del cuerpo se compromete a contrarrestarlo. Si el sistema opiáceo está bloqueado, ya sea por estrés o por un antagonista, el dolor subyacente puede retornar incluso después de que la lesión se haya curado y contribuir al dolor crónico. A diferencia de la morfina, el nuevo medicamento lo previno.

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