Investigación científica

Descubren la estructura de la hormona antienvejecimiento

Fabricada por células óseas, se sabe que FGF23 viaja a través del torrente sanguíneo a las células de otros órganos
Fabricada por células óseas, se sabe que FGF23 viaja a través del torrente sanguíneo a las células de otros órganoslarazon

Un nuevo estudio revela la estructura molecular de una proteína llamada alfaKlotho, y cómo ayuda a transmitir una señal hormonal que retrasa el envejecimiento. Dirigido por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, en EE UU, y publicado en «Nature», el análisis refuta 20 años de conjeturas de que alfaKlotho es una importante hormona antienvejecimiento.

Los resultados atribuyen esta función al factor de crecimiento de fibroblastos 23 (FGF23) y explican cómo esta hormona simplemente ayuda a FGF23 a mediar en su acción antienvejecimiento. Fabricada por células óseas, se sabe que FGF23 viaja a través del torrente sanguíneo a las células de otros órganos, donde transmite su mensaje atracando y activando su receptor. La estructura compleja recientemente resuelta revela cómo alfaKlotho une el FGF23 a su receptor con suficiente tenacidad para activarlo.

«Al mostrar que todas las formas en que se suponía que alfaKlotho protegía los órganos provienen en cambio de su capacidad para ayudar a la señal de FGF23, hemos arrojado nueva luz sobre la causa subyacente del envejecimiento –manifiesta el principal experto del estudio, Moosa Mohammadi, profesor del Departamento de Bioquímica y Farmacología Molecular de NYU Langone Health–. Nuestros nuevos datos estructurales también allanan el camino para el diseño de nuevos agentes que pueden alentar o bloquear la señalización de FGF23-alfaKlotho según sea necesario».

Para determinar la estructura atómica del grupo de proteínas de señalización FGF23, Mohammadi y sus colegas utilizaron cristalografía de rayos X. El equipo primero persuadió a la hormona FGF23, junto con su proteína receptora (FGFR) y alfaKlotho, a sedimentar una solución y formar montones de cristales repetitivos y ordenados. Luego, expusieron los cristales a los rayos X y usaron los patrones reflejados para calcular la estructura atómica de las proteínas.