Médicos

«Dos días más con las pastillas y habría entrado en coma»

Teresa acudió a un médico homeópata por una infección tras ser operada de apendicitis. «Llegué a perder 20 kilos en dos semanas», dice

Teresa, de 63 años, llegó a estar 18 meses de baja debido a que abandonó los fármacos convencionales
Teresa, de 63 años, llegó a estar 18 meses de baja debido a que abandonó los fármacos convencionaleslarazon

Ocurrió hace tres años. Teresa, casada y con tres hijos, tenía entonces 60. Sufría de apendicitis. «No me fue diagnosticada a tiempo y se complicó», recuerda. Sufría una infección y, por tanto, dolores incontrolables. Tuvo que pasar por cuatro intervenciones, dos estancias en la UCI, estuvo sedada... Le alimentaban a través de una vía. «Pensaba que, después de haberme operado cuatro veces y no acertar, iba a morirme», dice. Le recetaron una medicación. Pero el dolor pudo más: «Quería ver todas las posibilidades. No quería volver a pasar por una sala de operaciones, habría hecho cualquier cosa antes, lo que me hubiesen dicho». Le recomendaron un médico. «Eso que te han recetado... no te va a ir bien. Te vamos a tratar con homeopatía», le dijo. No fue un fármaco: fueron cinco. La promesa era «que el cuerpo lo acaba resolviendo por sí solo». «Los tenía que tomar por la mañana, al medio día, por la tarde, por la noche... eran todos iguales», dice. La situación fue a peor. «Confiaba en él. Y fue una pesadilla».

Eran dispensadores, «con bolitas chiquititas de azúcar», dice. No sólo no mejoró; empeoró gravemente al dejar de tomar la medicación «convencional». «Cada vez estaba peor. Me había consumido. Fui al hospital y me pararon la deshidratación. Dos días más y habría entrado en coma. En unas dos semanas perdí 20 kilos».

Pasó 18 meses de baja. Desde el año pasado «he vuelto a ser la que era». Sale con sus amigas, hace deporte...Dice que no quiere denunciar. «No quiero causarle problemas a nadie, pero puedo contar lo que me ha pasado». ¿Y qué le diría a alguien que esté pensando en recurrir a la homeopatía? «Que piensen que ahora tenemos una esperanza de vida más alta que nunca... y que eso no se lo debemos a chamanes o charlatanes».