Prevención

El cambio de hora agrava los trastornos del sueño

Alrededor del 30% de los españoles sufre alguna patología al dormir. Se estima que entre un 20% y un 48% de la población adulta padece, en algún momento de su vida, dificultad para descansar por la noche

El nuevo cambio horario de verano puede implicar «ligeros» trastornos en el sueño, en los hábitos alimenticios y en el estado de ánimo
El nuevo cambio horario de verano puede implicar «ligeros» trastornos en el sueño, en los hábitos alimenticios y en el estado de ánimolarazon

Alrededor del 30% de los españoles sufre alguna patología al dormir. Se estima que entre un 20% y un 48% de la población adulta padece, en algún momento de su vida, dificultad para descansar por la noche

Descansar y dormir bien nos hace sentir frescos y llenos de energía; en definitiva, nos da la vida. De acuerdo con los datos manejados por la Sociedad Española de Neurología (SEN), alrededor del 30% de la población española sufre alguna patología del sueño. «Se estima que entre un 20% y un 48% de la población adulta sufre, en algún momento, dificultad para iniciar o mantener el sueño y que en al menos un 10% de estos casos se debe a algún trastorno de sueño crónico y grave», apunta Carles Gaig Ventura, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología.

El nuevo cambio horario de verano puede implicar «ligeros» trastornos en el sueño, en los hábitos alimenticios y en el estado de ánimo, lo que implica el aumento del cansancio, la irritabilidad o la falta de concentración, aunque estos problemas remiten en el plazo de tres o cuatro días. Al anochecer más tarde aumenta «la privación crónica de sueño que ya sufre durante todo el año nuestra sociedad, puesto que dormimos de media una hora menos que el resto de los europeos. Este hecho afecta a nuestro estado de ánimo de forma negativa», asegura Javier Albares, coordinador del Grupo de Trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española de Sueño (SES).

Dormir menos de lo que necesitamos afecta a nuestra salud ampliamente, aumenta el riesgo cardiovascular, endocrinológico (tendencia al aumento de peso cuanto menos dormimos), afecta a nuestro estado de ánimo, tendiendo a la irritabilidad, depresión, impulsividad, falta de creatividad y empatía. La escasez de sueño afecta a nuestra concentración, atención y memoria. Durante el sueño nuestro cuerpo drena las toxinas que se acumulan durante la vigilia. Disminuye nuestra inmunidad y enfermamos más. Además, nos lleva al aumento de consumo de estimulantes, creándose un círculo vicioso. Eduard Estivill, especialista europeo en Medicina del Sueño, reconoce que «las personas mayores y los niños suelen ser los más afectados y pueden tardar algo más de tiempo que los adultos en adaptarse» a este horario veraniego.

Por el contrario, una persona que duerme bien es más sana en todos los aspectos, más alegre, más productiva, más empática, más creativa y, además, tiene muchos menos accidentes de tráfico y laborales que una que ha descansad mal. Por ello, para adaptarnos mejor al reciente cambio horario, Albares nos recomienda cenar y acostarnos un poco antes durante los días previos. Además, cree «que la importancia de dormir y de la Medicina del Sueño está infravalorada. Este problema viene de lejos, desde la revolución industrial nos vendieron la idea de que dormir era perder el tiempo, porque a la industria le interesaba tener mano de obra las 24 horas del día».

Para eliminar dicho problema, Gaig propone tener «una buena higiene de sueño». Ésta consiste en llevar unos horarios más o menos regulares, antes de acostarnos no hacer una actividad que nos alerte, evitar alcohol por la noche, que la siesta no sea muy larga a la hora de dormir, evitar distracciones...

Por último, Nick Littlehales, coach del sueño de la élite del deporte, en su libro «Dormir» ofrece su «técnica R90» cuyo objetivo es el de fortalecer a la persona para que así, desbloquee «a niveles más consistentes de recuperación, desempeño personal y bienestar».