Trabajo
«El cáncer de mama,a veces, no da segundas oportunidades»
Los doctores Isabel Rubio y Javier Cortés ponen de relieve la importancia de pedir una segunda opinión tras el primer diagnóstico
Los doctores Isabel Rubio y Javier Cortés ponen de relieve la importancia de pedir una segunda opinión tras el primer diagnóstico
Ahora, cuando se celebra el Día Mundial del cáncer de mama, vemos una gran movilización y sensibilización entorno a esta enfermedad. ¿A qué creen que se debe? ¿Es por su incidencia?
I. Rubio: Es verdad que las mujeres están cada vez más preocupadas por su salud y toman más decisiones sobre sus tratamientos. Muchos de los cambios que ha habido en hacer que haya más fondos para la investigación del cáncer de mama y para que haya más estudios vienen favorecidos porque las mujeres se han movilizado para que todo eso suceda. Es algo que ayuda mucho a que cada vez podamos conseguir más mejora en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de mama. Prácticamente en todas las familias hay alguien que tiene o ha tenido cáncer de mama por lo que uno está más sensibilizado a la hora de hacer acciones para sacar más fondos para investigar. Además, los medios le dan más bombo porque el volumen de mujeres que ha tenido cáncer de mamá es alto y, como tienen supervivencias altas, también hay muchas supervivientes de cáncer de mama que apoyan la causa.
J. Cortés: Hay aspectos que influyen en que la gente sea cada vez más consciente de lo que significa tener un cáncer de mama. El primero es que la gente empieza a tener menos miedo al diagnóstico del cáncer de mama; el segundo aspecto importante es que ha dejado de ser una enfermedad «tabú» entre comillas para ser una enfermedad de la que se puede hablar. Se habla con respeto pero también con optimismo, con posibilidades reales de que se puede curar la enfermedad. Y tercero, no podemos olvidar que en España la mamografía, el screening, ha calado en la sociedad. Por lo tanto, se ha desmitificado un poquito la palabra, la gente empieza a tener menos miedo a ir al médico y tenemos la técnica screening.
-Y paralelamente ¿parece que además se ha producido un aumento de la incidencia de esta enfermedad?
J.C.: Globalmente sí que se puede decir que el cáncer de mama está aumentando, o al menos el diagnóstico del cáncer de mama está aumentando, y es verdad que muchos diagnósticos aparecen en chicas jóvenes, pero también es verdad que ahora la gente tiene menos miedo, acude al médico...También es verdad que los factores de riesgo clásicos, como la obesidad, el estrés, el tener hijos a edades más avanzadas..., cada vez son más frecuentes en la sociedad que vivimos y esto hace que la incidencia pueda estar aumentando.
-Hablamos de que existe más sensibilización sobre el cáncer de mama, pero ¿sigue habiendo desinformación?
J.C.: Hay mucha más información de la que había, pero mucha menos de la que se precisa. En España no es habitual el paciente que viene preguntándote cosas concretas porque ha leído o le han contado y en Estados Unidos o los países nórdicos es más frecuente.
-¿Y existen muchos mitos o falsas creencias?
I.R.: Sí. Hay gente que cree que es malo hacerse la biopsia antes del diagnóstico y hay quien tiene aversión a hacerse una biopsia y no entiende que ningún paciente debe de ir a quirófano a operarse de un nódulo en la mama sin tener un diagnóstico previo.
J.C.: Hay gente que cree que cuando le quitas el pecho el pronóstico es mejor que si no se lo quitas y también hay muchos mitos con la alimentación o con algunos tratamientos alternativos sin evidencia científica.
-En el cáncer de mama hay un importante componente genético, pero ¿qué otros factores pueden ayudar a la aparición de esta enfermedad?
I.R: El cáncer en general es un proceso g enético, un problema por una alteración en los genes y tenemos otra serie de factores múltiples que influyen en que haya mayor o menor riesgo en desarrollar un cáncer de mama, como tener hijos después de los 30 años, la obesidad...pero siempre se han considerado factores menores. Por eso es tan importante tener un buen estilo de vida que no aumente el riesgo de tener un cáncer.
J.C: Cada uno tiene unos riesgos genéticos de desarrollar cáncer, inherentes a nosotros, y además existen unos factores ambientales, externos, que modulan, condicionan que una persona haga cáncer o no. Dicho esto, en el cáncer de mama, hay un 5 por ciento o 10 por ciento de tumores que sí son hereditarios, porque hay unos genes concretos que están alterados en todas tus células y, por lo tanto, los transmites. Son mutaciones adquiridas, las tienes sí o sí.
-¿El estar bien informado, incluso después del diagnóstico, es clave para afrontar la enfermedad?
J.C.: Esto es muy importante: hay que preguntar al médico. El acto médico es un acto de comunicación, no es un acto de pleitesía. Se habla, se comunica, se explica, el paciente lo entiende y entre los dos se produce una sinergia y se pone un tratamiento.
I.R.: Un paciente no puede tomar una decisión si no está informado.
-¿Cuál es el índice de curación del cáncer de mama?
J.C: Un 75 por ciento se cura, nunca más vuelve a tener recaídas.
I.R: En estadios muy iniciales puede llegar hasta un 90 o 95 por ciento.
-¿Y estos porcentajes cómo han cambiado?
J.C.: Hace 30 o 40 años había un 40% de curaciones La mitad de los que antes no se curaban y ahora se curan. No está mal.
-En este sentido, ¿qué importancia tiene el diagnóstico precoz?
I.R.: Recibes menos tratamientos y el pronóstico es mejor.
J.C.: Si es un tumor muy pequeño a veces la quimioterapia no hay ni que darla, la cirugía es más pequeña y se curan la mayoría.
-Y para ello, ¿la mamografía es clave?
I.R.: Es el único método de screening que hay.
J. C.: La mamografía es básica y cuando toca, ni más ni menos. Es decir, entre los 40/50 hay que hacérsela de forma anual o bianual.
-¿Una vez diagnosticado el cáncer, cuáles son los tratamientos?
J.C.: Depende del tipo de cáncer de mama que se tenga, el tratamiento varía. A grandes rasgos, la cirugía tiene una importancia fundamental, ya sea de inicio como tras el tratamiento sistémico. Luego, cada día más las pacientes se realizan cirugía conservadora. En la mayoría de los casos no hay que quitar el pecho, estamos hablando de un 70-75% de las veces. Cada día más estamos dejando de dar quimioterapia al conocer mejor la biología de los tumores y cada vez más empezamos a tratar de forma individualizada los tumores. Y sin olvidar los tratamientos de radioterapia en algunos casos. Además, remarcar la importancia de la reconstrucción inmediata en muchas de nuestras pacientes, que pueden entrar con pecho y salir con pecho a pesar de la mastectomía.
-El cáncer de mama, pese a ser uno de los que tienen mejor pronóstico, es de los más duros visualmente hablando.
I.R. Sí, por supuesto, tiene un componente estético y psicológico que no tienen otros cánceres y eso es lo que hace que la parte asociada al tratamiento oncológico del cáncer de mama haya que tenerla en cuenta. En la cirugía del cáncer de mama el resultado estético juega una parte muy importante en el resultado.
-En los últimos 40 años se ha casi duplicado el índice de supervivencia en cáncer de mama. ¿Cuáles han sido los avances de los últimos años y hacia dónde va ahora la investigación?
J.C: El tratamiento del cáncer de mama va sobre todo hacia la individualización. Es decir, dar a cada uno lo suyo. Vamos en una buena línea, pero aún nos queda mucho. Ello consiste, por ejemplo, en dar menos quimioterapia, dar sólo la que toca, e intentar buscar tratamientos biológicos específicos contra las dianas terapéuticas. Buscar la forma de atacar a las características concretas de cada tumor. Por último, un campo que nos viene de forma apasionante es el de la inmunoterapia, intentar aprender a modular mejor la respuesta inmunológica de un paciente en contra de su tumor.
I.R. Hasta ahora hemos mejorado en todo, en los diagnósticos, en los tratamientos, pero todas estas mejoras son mejoras que llevan unos años hasta que al final pueden aplicarse directamente a los pacientes.
-En el caso de las mujeres embarazadas, ¿cómo cambia el tratamiento del cáncer de mama?
J.C. Cáncer de mama y embarazo se ha asociado siempre a aborto y eso no es así. Lo primero que hay que hacer es explicar, discutir, y una vez que esto se ha hecho, es tratar. Lo que hay que hacer es ver pros y contras y el paciente ha de sentarse con un equipo multidisciplinar, formado por el cirujano, el ginecólogo y el oncólogo, y ver cuáles son las mejores alternativas terapéuticas. Y hoy sabemos que muchos fármacos de quimioterapia que estamos usando, se pueden utilizar en pacientes embarazadas. Por lo tanto, hay pacientes que están embarazadas y con quimioterapia y los niños salen sin ningún problema.
I.R. La cuestión es ¿por qué el cáncer de mama en embarazadas es ahora algo que se ve más y llama más la atención? Pues porque las mujeres ahora se quedan embarazadas más tarde, con más años y el cáncer de mama, conforme van pasando los años, es más frecuente. Ahora la media de edad de mujeres embarazadas entre los 30 y los 40 años es muy alto y además, cuando una mujer está embarazada, el diagnóstico del cáncer de mama siempre se retrasa un poco. Lo más importante en un diagnóstico en una mujer embarazada con cáncer es el paso previo, es decir la planificación de los tratamientos y el control multidisciplinar, que es lo que hace que al final todo salgo bien. No hay qu salir corriendo ni ir a abortar.
-De cara al Día Mundial del cáncer de mama, ¿cuál es la principal reivindicación que hacen desde el sector médico?
J.C. Más recursos para investigar y que éstos vayan a proyectos. Y creo que los pacientes deben tratarse con los mejores. No todos los médicos son iguales ni todos los hospitales lo hacen igual. Ni mucho menos. Hay que hacerlo bien y cuando toca. Seguimos viendo en España auténticos desastres de tratamientos, en ciudades incluso como Madrid y Barcelona. Hay que tratarse bien y por los mejores. Hay que buscar los mejores centros y los mejores especialistas porque el cáncer de mama se cura sólo una vez; a veces no da segundas oportunidades. Hay sitios muy importantes, de grandes hospitales, en los que no se hacen bien las cosas.
I.R. La primera planificación del proceso es la más importante, por eso no hay que tener prisa ni en que te operen, ni en que te traten...Lo primero que hay que hacer cuando uno tiene un diagnóstico de cáncer es pedir una segunda opinión, porque ése es el paso más importante. Buscar la segunda opinión cuando ya estás tratado no siempre sirve.
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