Cáncer

El estigma del cáncer de cabeza

Cada año se producen 14.000 nuevos casos en España de este tumor poco conocido pero de los más agresivos.

El estigma del cáncer de cabeza
El estigma del cáncer de cabezalarazon

Una llaga que no cura, dolor de garganta que no cesa, dificultad para hablar, dolor en la cara, en el mentón, en el cuello... Síntomas que pueden convertirle en uno de los 14.000 nuevos casos de cáncer de cabeza y cuello que se diagnostican cada año en nuestro país. 350.000 en Europa.

Aunque no es el tumor que con más frecuencia se lee o escucha en los medios, es de los más agresivos, de hecho es el sexto más común, y aproximadamente la mitad de quienes lo padecen no llega a sobrevivir tras cinco años del diagnóstico.

Natacha Bolaños, de la división de Rehabilitación Física para Pacientes con Cáncer del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac) explica que «nos dimos cuenta de que en España no están representados los pacientes con cáncer de cabeza y cuello, aunque hay asociaciones pequeñas, les cuesta salir adelante. Por eso nos marcamos el objetivo de desarrollar la concienciación social, y creamos una división específica para conocer a los pacientes de cerca».

«Castigo social»

Así pudieron comprobar que se trata de un tipo de cáncer muy castigado a nivel social «porque como uno de los factores de riesgo es el virus del papiloma humano (VPH), la gente automáticamente piensa “a saber dónde ha metido la boca”. Eso, junto al tabaco y el alcohol, suma unos hábitos de vida socialmente cuestionados, pero al explorar, ves casos de pacientes que no han fumado ni bebido ni han hecho nada “malo” para sufrir este tumor», continúa Bolaños. Y este estigma hace que se escondan incluso ante la sospecha de tenerlo, lo que retrasa el diagnóstico. Los mencionados por Bolaños son unos factores de riesgo importantes a tener en cuenta cuando los síntomas aparecen, ya que, de detectarse a tiempo, la tasa de supervivencia de los pacientes se sitúa entre el 80 y 90 por ciento.

Pedro Pérez Segura, responsable del departamento de Cáncer de Cabeza y Cuello del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, matiza que «es importante, no sólo la curación, sino también la calidad de vida y las secuelas que puede dejar, porque afecta a muchas zonas, como la garganta, la zona oral, lengua, mandíbula, mucosa, etc. Es un órgano que sirve para hablar, pero también para la deglución, con lo cual afecta a las relaciones sociales y a la nutrición. De hecho, pueden producirse infecciones, desnutrición y problemas hepáticos, entre otras consecuencias».

Lara Iglesias, médico del Servicio de Oncología Médica y responsable de Cáncer de Cabeza y Cuello del Hospital Doce de Octubre de Madrid, especifica que «se incluyen en estos tumores los que afectan a la nariz, nervios paranasales, labio, cavidad oral, garganta (faringe, laringe) glándulas salivales, y se excluyen los que tienen que ver con el Sistema Nervioso Central». Pérez Segura especifica que «el diagnóstico precoz permite curar y hace que los tratamientos sean menos agresivos. Inicialmente se intenta operar, pero si el tumor se localiza en zonas donde hay un mayor riesgo de secuelas se puede intentar otro tratamiento en función de la extensión del tumor, como pueden ser los farmacológicos, radioterapia o quimioterapia para reducir su tamaño».

Tratamientos

No obstante, Bolaños comenta que «a los pacientes les da mucho miedo la cirugía por las secuelas que puede dejar. Por ejemplo, una operación por un cáncer de lengua hace que el individuo deba alimentarse por vía gastroenteral. Es un proceso muy duro. Ni el peor caso que he visto de tumores de cualquier índole se parece al mejor que haya visto en cáncer de cabeza y cuello». Por su parte, Iglesias aclara que «como consultaban tarde, los tratamientos eran muy mutilantes, y efectivamente tienen miedo, pero por suerte el tratamiento ha avanzado mucho y la radioterapia es más eficaz y menos tóxica que hace 10 años. La quimioterapia también ha mejorado, y la cirugía, ya que antes no se centraban en la reconstrucción, cosa que ahora sí ocurre.».

En cuanto a la infección del VPH, «es algo frecuente en la población general, pero hay personas que por el serotipo tienen más posibilidades de que se dañen sus células en la cavidad oral. También es importante no fumar y evitar el consumo de alcohol, una dieta equilibrada y una buena higiene dental», concluye Pérez Segura. Algo en lo que Iglesias hace hincapié: «respecto al alcohol, hay una mentalidad permisiva en España. Si preguntas al paciente éste te dice que toma unas cuatro cervezas al día, y no lo asocia a peligro porque es fácil consumir esa cantidad, pero es elevada». Por eso, los profesionales recomiendan promover las revisiones frecuentes, Iglesias especifica que «es importante antes de empezar a tratar que acudan a un centro donde haya un comité multidisciplinar de expertos, con al menos un oncólogo médico, un oncólogo radioterápico, cirujano otorrino y maxilofacial».