Prevención

El Helicobacter Pylori afecta al 50% de los españoles

Sus síntomas se confunden con una digestión pesada o acidez, pero las consecuencias pueden ser nefastas si no se trata a tiempo. Úlceras, gastritis o incluso cáncer gástrico son las enfermedades prevenibles con un simple test del aliento o muestra de heces. Pese a llevar más de una década buscando una vacuna, aún no han dado con ninguna realmente eficaz

El Helicobacter Pylori afecta al 50% de los españoles
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Sus síntomas se confunden con una digestión pesada o acidez, pero las consecuencias pueden ser nefastas si no se trata a tiempo.

En verano solemos comer más fuera de casa, nos permitimos ciertos lujos gastronómicos por aquello de «estamos de vacaciones» y cuando se presenta un dolor de estómago o sensación de pesadez solemos autodiagnosticarnos y decidimos que lo que sufrimos es acidez o una mala digestión. Pero no somos médicos, y si acudiéramos a uno puede que descubriera que lo que tenemos es una infección por Helicobacter Pylori, «una bacteria que vive en el estómago, en la capa de moco que tapiza la mucosa gástrica, y es la infección más frecuente, ya que afecta al 50 por ciento de la población mundial, una cifra muy similar a la que prevalece en España», explica Javier Gisbert, médico especialista de Aparato Digestivo en el Hospital Universitario de la Princesa en Madrid. Investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (Ciberehd).

Tal vez si el 40 por ciento de los españoles que tiende a no acudir al especialista y se automedica estuviera más atento, evitaría sufrir las nefastas consecuencias que provoca esta bacteria si no se la detiene a tiempo, como gastritis, úlceras pépticas o cáncer gástrico, que sigue siendo un problema sanitario grave ya que, a pesar de que su incidencia global está disminuyendo, todavía es la segunda causa de muerte por cáncer más frecuente en el mundo. «Es un tumor de mucha relevancia al ser uno de los más frecuentes y de mayor mortalidad, aunque afortunadamente, sólo un pequeño porcentaje de la población desarrolla este tipo de problemas», destaca Gisbert.

Úlceras

En cuanto a las úlceras, desde el «National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases», que está dentro del Insituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) explican que esta bacteria «causa más de la mitad de las úlceras pépticas en todo el mundo. Daña el revestimiento mucoso que protege el estómago y el duodeno, esto permite que los potentes ácidos estomacales atraviesen el sensible revestimiento debajo del estómago y duodeno. Juntos, el ácido estomacal y Helicobacter Pylori irritan el revestimiento del estómago y duodeno y causan una úlcera».

Una de las preguntas para la que aún no hay una respuesta exacta es cómo se contagia. Desde el Grupo Europeo de Estudio de Helicobacter y Microbiota (Ehmsg por sus siglas en inglés) sostienen que «la mayoría de las personas lo contraen antes de los cinco o seis años de edad. El problema es que el estómago humano y su sistema inmume no puede librarse por sí mismo, y como resultado, el Helicobacter puede colonizar el estómago durante años». Por su parte, Gisbert comenta que esta bacteria se transmite de persona a persona y, pese a la que la vía de contagio no se conoce con seguridad, lo más probable, dependiendo del nivel de desarrollo del país, es que se trate de «contagio fecal-oral en países en desarrollo (por aguas contaminadas) o bien contagio oral-oral en países desarrollados (no por saliva de los besos, sino más bien por los vómitos o la regurgitación, de ahí que la mayoría de infecciones se contraigan en los primeros meses o años de vida)».

Un hecho curioso es que, pese a su prevalencia, sólo produce síntomas en un pequeño porcentaje de casos. El motivo radica en que «el desencadenante final no sólo depende de la bacteria en sí, sino de su virulencia. Las hay más agresivas o menos. También influye el huésped, ya que hay personas más susceptibles que otras que otras (influyen también los factores genéticos). Por último, hay que tener en cuenta los factores ambientales, como por ejemplo el tabaco, que aumenta la posibilidad de sufrir una úlcera gastroduodenal», aclara el experto del Ciberehd. Algo que la mayoría de la población desconoce, tal y como se desprende de la última encuesta realizada a nivel nacional por Allergan con el objetivo de profundizar en el nivel de conocimiento sobre esta bacteria, en la que destacan que el 30 por ciento confiesa sufrir problemas de estómago, pero cuatro de cada diez no acude al experto ante los síntomas. Por ello, recomiendan que ante molestias en el estómago, lo mejor es que el paciente acuda a su médico de Atención Primaria, porque las enfermedades digestivas tratadas a tiempo tienen un pronóstico muy favorable y evita llegar a fases avanzadas.

Asimismo, hacen hincapié en la necesidad de dar con un diagnóstico temprano. «Las pruebas que hoy en día existen pueden ser invasivas, como la endoscopia, que requiere hacer una biopsia, y las no invasivas que son muy efectivas, como el test del aliento o la muestra de heces, cuya fiabilidad es muy elevada», concluye Gisbert.

La vacuna que se resiste

En la actualidad se está investigando una vacuna para tratar de prevenir la infección en lugar de tratarla, sin embargo, tras más de una década de trabajo, todavía no hay ninguna que sea realmente eficaz, por lo que sigue siendo una asignatura pendiente. «Hay que tener en cuenta que es una bacteria muy difícil de erradicar porque vive muy escondida y se necesitan tres antibióticos para eliminarla, pues no existe uno específico para ella. Sin embargo, y pese a la dificultad, hoy en día en nueve de cada 10 casos se elimina por completo», dice el investigador del Ciberehd.