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«Hay que afrontar el cáncer con valentía, energía y optimismo»

«Un intruso en la familia» es un libro en el que Carlos Hernández cuenta cuál ha sido el aprendizaje extraído –para que pueda ayudar a otras familias que pasen por lo mismo– después de haber acompañado en su camino a dos de sus hermanos enfermos de cáncer, uno de los cuales falleció a causa de la enfermedad.

Carlos Hernández/ Periodista y escritor
Carlos Hernández/ Periodista y escritorlarazon

- ¿De verdad hay un intruso en la familia, como dice en su libro?

-El cáncer se cuela sin ser invitado ni bienvenido. Se cuela en el enfermo, pero también en todo el sistema familiar. Desbarata los planes y los valores de todo el entorno del afectado, de la familia y de los amigos. Hay que adaptar horarios, formas de vida, roles.... Pero también cambia la forma de afrontar como grupo la dificultad, modifica los nexos de unión familiares, y despierta algunas emociones de tipo colectivo. Cualquier familia que se sienta medianamente unida vivirá la visita del intruso como una desagradable presencia que afecta a todos, y siempre será mejor afrontarla como grupo y no dejar sólo al enfermo.

-¿Cómo se debe afrontar esta nueva situación?

-Hay que afrontarla con valentía, con energía y con optimismo. Con valentía para no dejarnos ganar por la dificultad, para estar preparados ante una pelea larga y difícil en la que no depende de nosotros quién va a ser el ganador. Con energía para no desfallecer, para no cansarnos ante la llegada de dificultades en forma de quimioterapias, efectos secundarios, estallidos emocionales etc. y para sacar fuerzas de donde no las hay que nos permitan vivir la enfermedad con la máxima calidad de vida posible, con energía, porque el camino puede ser muy largo. Y con optimismo para tener siempre esperanza, para sacar sentido del humor de cualquier situación y para hacer uso de esa palabra que está ahora tan de moda como es la «resiliencia», esa capacidad para reponernos de los golpes de la vida y seguir caminando dando sentido a nuestra existencia.

-¿Cuál es el papel de los seres queridos?

-Acompañar. Acompañar desde la escucha, a veces no es necesario, ni tan siquiera útil decir palabras de ánimo, pero siempre será necesario escuchar. Acompañar desde la empatía, tratando de ponernos siempre en lugar del enfermo, tratando de comprender sus emociones y sus comportamientos. Y finalmente acompañar desde el respeto, sin juzgar sus decisiones, sin juzgar, por supuesto, sus emociones, y respetando en todo momento su forma de actuar y de pensar con respecto a la enfermedad y a su vida.

-En cada capítulo saca una especie de moraleja, ¿no?

-El libro pretende ser útil para afrontar con éxito cualquier tipo de dificultad, desde una separación hasta un despido laboral, no sólo el cáncer. En este sentido hay una parte final en cada capítulo que se denomina «Para la vida» en la que trato de obtener el aprendizaje neto de la experiencia y su posible aplicación en situaciones de adversidad. Se trata de pequeñas guías de actuación y consejos.

-¿Fue terapéutico escribirlo?

-No lo escribí con ese propósito, pero fue tremendamente terapéutico. Las heridas para curarse deben de limpiarse bien, a veces eso hace que escuezan, pero luego cicatrizan mejor. Para mí escribir ha supuesto abrir mi herida, limpiarla y dejar que cicatrice.

A vuela pluma

«Un intruso en la familia» es un libro en el que Carlos Hernández cuenta cuál ha sido el aprendizaje extraído –para que pueda ayudar a otras familias que pasen por lo mismo– después de haber acompañado en su camino a dos de sus hermanos enfermos de cáncer, uno de los cuales falleció a causa de la enfermedad.