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Hay que andar más

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Ahora que se ha puesto de moda correr, hay que reivindicar también la costumbre de andar

Ahora que se ha puesto de moda correr, hay que reivindicar también la costumbre de andar. Correr está bien, sí. El ejercicio es fundamental para la vida, para fortalecer la musculatura y los huesos, para reducir el riesgo cardiovascular, para protegernos del estrés y oxigenar el cerebro. Cuanto más utilizamos los músculos, más fuertes se ponen y mejor resisten a las lesiones. Hacer ejercicio disminuye un 25% el riesgo de enfermedad cardíaca, mientras que está comprobado que el sedentarismo es una epidemia global responsable del 6% de las muertes que se producen hoy en el mundo. Activar la hormona del ejercicio, la irisina, es fundamental, por tanto, no sólo por todo lo anterior, sino porque, además, mejora la circulación sanguínea y favorece el metabolismo en general, e incluso ayuda en combatir enfermedades degenerativas como la demencia o el alzhéimer. Activamos irisina con cualquier tipo de ejercicio físico, y desde luego corriendo o andando, pero siempre es importante hacerlo de manera constante y persistente. No vale con estar toda la semana tumbado en el sofá y después quedar exhaustos por haber corrido diez o doce kilómetros en unas horas. Más que para fortalecernos, eso servirá para machacarnos, tener agujetas durante varios días y acabar odiando lo que hicimos. Y es que el ejercicio mal realizado tiene inconvenientes. Por eso prefiero andar deprisa a correr deprisa. Hay quien corre todo los días durante media hora o más y le va fenomenal. Pero no son pocos los casos de problemas sobrevenidos por practicar el runnig de manera inadecuada: mayor desgaste articular e incremento del riesgo de lesiones que pueden incluir la cabeza del fémur o la rodilla, daño en los tendones, rotura de ligamentos, problemas en la zona lumbar y en la columna vertebral, etc.

La caminata rápida durante más de media hora cada día elimina muchos de los riesgos anteriores y aporta beneficios: hace trabajar el sistema coronario y la musculatura cardíaca, fortalece las piernas y el abdomen, beneficia hasta en un 7% el control de la tensión arterial, el colesterol y las diabetes, y es mucho menos agresivo para las articulaciones. Por tanto, hay que andar más, de manera regular al menos media hora al día. Nuestro organismo lo agradecerá.