Hospitales

La asistencia médica remota salva vidas y ahorra costes

La Plataforma de Gestión Remota de Pacientes Crónicos de Telefónica permite reducir hospitalizaciones y reingresos y reduce el coste en más de 3.500 euros por enfermo frente a un seguimiento presencial

La asistencia médica remota salva vidas y ahorra costes
La asistencia médica remota salva vidas y ahorra costeslarazon

La Plataforma de Gestión Remota de Pacientes Crónicos de Telefónica permite reducir hospitalizaciones y reingresos y reduce el coste en más de 3.500 euros por enfermo frente a un seguimiento presencial

Nació con la vocación de transformar la Sanidad y lo está logrando con creces. La telemedicina es un pilar fundamental en la mejora la salud de los pacientes y reporta un ahorro importante al sistema sanitario. Un ejemplo de ello es la plataforma de gestión remota de pacientes desarrollada por Telefónica. Tal y como explica Julio Jesús Sánchez García, gerente de Ingeniería y Proyectos e-Health en Telefónica España, el objetivo de dicha transformación es pasar «desde un modelo presencial, reactivo y centrado en el tratamiento, hacia un modelo ubicuo, proactivo, continuo y basado en la prevención, mediante la incorporación de las tecnologías de la información. Desde Telefónica entendemos la magnitud del problema, y queremos ser parte de la solución». Por ello Telefónica puso en marcha, junto con el Hospital del Mar de Barcelona, el proyecto ICOR, uno de cuyos elementos es una plataforma de gestión remota de pacientes donde el diseño, desarrollo y soporte vienen de la mano de la empresa de telecomunicaciones. De este proyecto ha sido artífice el servicio de Cardiología del Hospital del Mar, donde pusieron en marcha este modelo de gestión de enfermos crónicos, apoyándose en la monitorización en casa. Y los beneficios quedan patentes en un estudio publicado en el «Journal of Telemedicine and Telecare».

Comunicación

Gracias a Telefónica, los pacientes cuentan con la plataforma de gestión remota mediante la cual se les puede realizar un seguimiento de su estado, proporcionándoles herramientas como una tablet, tensiómetro, webcam y báscula además de los sistemas de comunicación necesarios para que se envíe toda la información sobre el estado de salud del enfermo al centro hospitalario. Una vez se obtiene la recepción automática de las biomedidas del enfermo y se envía al equipo médico, profesionales y pacientes pueden comunicarse por videoconferencia para un exhaustivo seguimiento y evolución. De esta forma, pueden anticiparse a posibles descompensaciones que supondrían ingresos en el hospital. «Proporcionamos un modelo de servicio extremo a extremo que incluye no sólo los dispositivos de biomedida que se le facilitan al paciente (báscula, tensiómetro y tablet), sino también las comunicaciones móviles y los servicios de instalación, mantenimiento, formación y soporte telefónico a los pacientes y profesionales. En todas las experiencias que estamos llevando a cabo en diferentes regiones, la satisfacción de pacientes y profesionales con la tecnología es muy alta, y esto es gracias a que se ha diseñado todo el conjunto pensando en la facilidad de su uso», especifica Sánchez García.

Entre las conclusiones del trabajo realizado por el Hospital del Mar y el Insituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), y que duró dos años, destaca que tratar la insuficiencia cardíaca (IC) crónica con este sistema de gestión remota mejora los resultados en cuanto a recaídas y rehospitalizaciones de los pacientes frente al seguimiento presencial convencional. «Los resultados del ensayo clínico que realizamos fueron muy elocuentes: obtuvimos una reducción de más del 60 por ciento de las rehospitalizaciones, una tendencia a mayor supervivencia en los pacientes que estuvimos siguiendo con este dispositivo», explica Josep Comín Colet, responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del Hospital del Mar. Los investigadores analizaron durante seis meses la evolución de un grupo de pacientes telemonitorizados a través de la plataforma electrónica y que se comunicaban por videoconferencia con el equipo sanitario.

El estudio se realizó con 178 pacientes con diagnóstico de IC crónica con una edad media de 77 años. Este sistema, además de disminuir las complicaciones clínicas, también reduce el coste en más de 3.500 euros por paciente. «Este impacto económico es muy importante puesto que cada 10 pacientes seguidos con ese sistema durante medio año permite cubrir el sueldo de una enfermera durante casi un año», sostiene Comin Colet. Una cifra muy importante si se tiene en cuenta que la insuficiencia cardiaca «es el “cáncer” del corazón. Los pacientes que la padecen, especialmente aquellos que han sufrido un ingreso hospitalario reciente, tienen muy mala evolución. Concretamente, la mitad de estos pacientes habrán muerto en cinco años, y más de la mitad habrán tenido algún nuevo ingreso en los siguientes seis meses. Todo ello se acompaña de mala calidad de vida. La parte positiva es que hoy disponemos de tratamientos que, aplicados de forma intensiva y con este sistema de seguimiento remoto se puede revertir en gran manera esta situación catastrófica. Al profesional le permite controlar con mayor eficiencia un mayor número de pacientes», puntualiza el experto.

Los participantes fueron asignados aleatoriamente a uno de los dos modelos de seguimiento que se querían comparar: un grupo de control donde las citas con el personal sanitario eran cara a cara y un grupo de telemedicina en los que estos encuentros tenían lugar por videoconferencia. Durante el período analizado, el número medio de descompensaciones no graves que requirieron tratamiento hospitalario fue significativamente menor en el grupo de telemedicina que transmitían automáticamente las biomedidas, las respuestas a los cuestionarios y en los que estos encuentros tenían lugar por videoconferencia. Durante el período analizado, el número medio de descompensaciones no graves que requirieron tratamiento hospitalario fue significativamente menor en el grupo de telemedicina. También la readmisión hospitalaria por cualquier causa y el número medio de días en el hospital se redujo significativamente.

Autocuidado

El uso de este sistema de atención está dirigido, tal y como explica Comin Colet, «en primer lugar a los pacientes más vulnerables que han tenido una hospitalización reciente o que tienen factores que suponen un alto riesgo de tenerla. En segundo lugar, es preciso planificar un seguimiento intensivo, estructurado con el que poder acomodar el tratamiento a las necesidades de cada paciente, educarle en su problema de salud y detectar con precocidad las recaídas para poder abortarlas. En este seguimiento es primordial delegar en enfermería entrenada la supervisión del tratamiento y la educación para el autocuidado». Precisamente uno de los puntos que más cuesta conseguir a los médicos. «Por ello, la mejora de autocuidado de los pacientes y la gestión de su proceso de cronicidad con este sistema debe recaer en el valiosísimo papel de las enfermeras. En el seguimiento de pacientes crónicos la enfermera tiene mejor formación y aproximación al paciente y su entorno para garantizar un auténtico empoderamiento que le permita tomar las riendas de su enfermedad. El médico es el responsable de aplicar los aspectos más técnicos y de evaluar al enfermo en caso de problemas. Ese rol es muy importante, pero sin una enfermería bien preparada no hay éxito posible», comenta Comin.

Una vez que los resultados positivos han quedado patentes, el siguiente paso es ampliar el uso de esta plataforma a otros centros nacionales. «Así es, y en ello estamos. La experiencia está siendo reproducida en varias comunidades autónomas en España y otros centros hospitalarios en otros países donde comercializamos nuestro servicio de seguimiento remoto de pacientes. Pero los cambios en la sanidad son lentos, y aún queda mucha labor de convencimiento para conseguir un impacto en la transformación del sistema. Hay que pasar ya de los estudios y pilotos a las implantaciones con escala, que será cuando se empiecen a ver los principales beneficios», concluye Sánchez García.

Monitorizados con tabletas 3G

Los pacientes del grupo de telemedicina recibieron una tableta táctil 3G con un sistema de recogida de datos que permite realizar videoconferencias a distancia. A través de la plataforma virtual, el paciente hace el seguimiento de su estado enviando directamente sus datos (peso, frecuencia cardiaca y presión arterial). También informa sobre sus síntomas con un cuestionario que detecta un posible empeoramiento de la enfermedad. Además, la aplicación del hospital , que usa la enfermera que realiza el seguimiento remoto, emite señales de alerta cuando los datos biométricos están fuera de rango. Las enfermeras asignadas al programa de telemedicina son las encargadas de recoger esta información diariamente para controlar el estado de los pacientes y variar el tratamiento si es necesario.