España

La privada, clave para garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario

El sector pide una reforma de la Ley General de Sanidad que dibuje un marco normativo adaptado a los nuevos modelos de gestión

De izda a dcha., Julio Sánchez Fierro, Sergio Alonso, Cristina Contel, Manuel Vilches, José Antonio Vera e Ignacio Riesgo | Cristina Pastrano
De izda a dcha., Julio Sánchez Fierro, Sergio Alonso, Cristina Contel, Manuel Vilches, José Antonio Vera e Ignacio Riesgo | Cristina Pastranolarazon

La Sanidad en España cuenta con reconocimiento internacional, aunque desde dentro se vean los fallos y las necesidades de mejora. Los últimos datos de Bloomberg apuntaban a nuestro país como el más saludable del mundo, por lo que cabe analizar qué se hace bien y qué no. En este sentido, para abordar el papel del sector privado en el sistema sanitario A TU SALUD reunió en la casa de LA RAZÓN a un grupo de expertos para valorar el rol de «un sector que ha generado un ahorro total al Sistema Nacional de Salud de entre 4.000 y 10.000 millones de euros, en función de un uso mixto o exclusivo de la Sanidad pública y privada. Todo ello, sin tener en cuenta la importancia de la actividad generada por él», comentó el director general de la Fundación IDIS (Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad), Manuel Vilches.

Una de las características de la Sanidad privada en España es la medición de sus resultados en salud y la transparencia que muestra. Así, el informe «Sanidad privada, aportando valor: Análisis de Situación 2019», desarrollado por IDIS, «es una referencia en nuestro país. Desde el instituto, se debe animar a las empresas a propiciar la colaboración público-privada, a pesar de estar denostada actualmente, pero que tan necesaria, en algunos casos, es la provisión», apuntó Ignacio Riesgo, director de equipos de consultoría en salud en grandes empresas internacionales (Arthur Andersen, BearingPoint, PwC) y consultor independiente. Aquí, entra de lleno en el debate de la reversión de las concesiones que están teniendo lugar en la Comunidad Valenciana. «Creo que DKV lo está haciendo bien en Denia, es un buen ejemplo. Lo que no se puede hacer es dar la batalla contra un gobierno, al final siempre te va a ganar», añadió Riesgo.

Ideas de fondo

Sin embargo, en este caso, «nos encontramos ante un problema de ideología, que pesa demasiado en Sanidad», incidió Julio Sánchez Fierro, presidente de la Mesa Estatal de Pacientes y vicepresidente de la Asociación de Derecho Sanitario. Porque, como bien dejo claro Cristina Contel, presidenta de la Comisión de Sanidad de la CEOE, presidenta de ASPE (Alianza de la Sanidad Privada Española) y vicepresidenta primera de la UEHP (Unión Europea de Hospitales Privados), «hay que manifestar que un 30% de la actividad que hace que seamos uno de los mejores sistemas de salud del mundo se lleva a cabo en la privada. Por otro lado, hay que subrayar que, cuando se han retirado las concesiones, se ha hecho con datos positivos a favor de la gestión de la concesionaria, con ahorros de hasta un 25%, en el caso de Torrevieja, y de un 30%, en Denia. Y con estudios que desde la Generalitat Valenciana habían encargado».

Junto a la concesión, las listas de espera también fueron objeto de debate. A juicio de los presentes, es un hecho que se infravalora desde muchos puntos de vista. Y aquí, el planteamiento trasciende la eficiencia, «y nos lleva a cuestionar la ética de su existencia. Porque aquí hablamos de la calidad de vida de los pacientes, de que hay familias, de personas que están cobrando una prestación por la baja y no son productivos al sistema. Si hay posibilidad de aprovechar los recursos privados en favor de lo público, ¿hay que hacerles esperar?», comentó Sánchez Fierro. Como apuntaron los expertos, la inversión en tecnología que sí que lleva a cabo la privada –cabe destacar que en unos meses pondrán en marcha los primeros centros de tratamiento de terapia a base de protones y cuentan con más sistemas avanzados de radiodiagnóstico– se puede poner al servicio de la Sanidad pública. Entonces, ¿qué lo impide?

Contel recalcó que «la mirada cortoplacista y de legislatura actual hace imposible diseñar planes a largo plazo. Hay que trascender estos hechos y tener unas miras mayores, pensando en el paciente y en el sistema en general. Se puede descongestionar el sistema, debemos ser solidarios y generosos». Desde el punto de vista de Vilches, se trata «de mirar más allá de la titularidad de los recursos. Sólo así podremos tener una Sanidad de calidad en la que se aprovechen todos. En otros modelos de la UE, no lo piensan: cogen un hospital, lo concesionan, lo auditan y se gestiona. No se plantean partir de cero, sino sacar partido a lo existente».

De este modo, Riesgo dejó claro que «estamos en un momento en el que existe un ausencia de proyecto de cambio. Se necesita, pero no se llega a tal punto. Pesa demasiado el coste político». Así, hoy parece que los colores del equipo importan más que los fines, que son los ciudadanos y su salud. «La Ley General de Sanidad fue tibia y se necesitan reformar los artículos que definan con más precisión los nuevos modelos de colaboración público-privada. Además, que sea más contundente en cuanto al papel que desempeña ésta en nuestro país», explicó el vicepresidente de la Asociación de Derecho Sanitario.

Fuera mitos

Quizás, uno de los estigmas que arrastra la Sanidad privada frente a la pública es la famosa frase de «para lo banal a la primera, para lo grave, a la segunda». El director general de la Fundación IDIS, con los datos en la mano, puso de relevancia que esto es un hecho del pasado: «Hacemos un 35% de las neurocirugías, un 37% de las intervenciones de Cirugía Ortopédica y Traumatología, el 34% de las vasculares... Podemos medir el índice de supervivencia de nuestros pacientes. Esto constituye lo más importante».

Porque desde el sector sólo se exige una cosa: las mismas reglas del juego para todos. Medir en resultados de salud con el mismo lenguaje y poder así comparar de verdad uno frente a otro, pero no sólo eso, sino «poner también en valor lo que hacemos de forma conjunta. No es cierto que acabemos de incluirnos en la ONT (Organización Nacional de Trasplantes) para poder realizar trasplantes, ya se hacía en algunos centros. Mucha de la actividad que se hace dentro del marco de la colaboración público-privada no contabiliza dentro de la privada, pero sí en la pública», subrayó Contel.

Dentro de este contexto, nadie cuestiona la farmacia, «que cumple con todos los requisitos de una colaboración público-privada», remarcó Vilches y continuó con el apunte de que «las ambulancias son también privadas... La ciudadanía no mira eso, sólo si funciona o no». Por ello, Sánchez Fierro no dudó en apuntar que «la corriente política es una y lo que siente la calle, otra. Ahora más que nunca se necesita que haya más conciencia de lo que exige la población». Un ciudadanía cada vez más mayor, más envejecida, que precisa de nuevos modelos, de abordajes más sostenibles y que tienden no sólo a la cronicidad, sino a la curación. Todo esto, como demuestran los datos, conduce a 10,3 millones de españoles a un doble aseguramiento, «lo que pone de relieve que la Sanidad privada es una elección que crece por igual en España en todas las comunidades autónomas que necesita un marco específico», concluyó Vilches.

Ignacio Riesgo (consultor indpte. salud): “Hay que recuperar el interés de las empresas por la colaboración público-privada”

Manuel Vilches (Dir gral. Fundación IDIS): “Debemos aprovechar los recursos disponibles y olvidarnos de su titularidad”

Cristina Contel (Pta. Comisión Sanidad CEDE): “tenemos que reformar el sistema y dar legitimidad normativa a los nuevos modelos”

Julio Sánchez Fierro (Vicepte, Asoc. Dcho Sanitario): “Hay que abordar el problema de las listas de espera desde un punto de vista ético del paciente”