España
«Las sucesivas mejoras en su manejo permitirán cronificar, aún más, el cáncer de próstata»
José Rubio, jefe del Servicio de Urología del Instituto Valenciano de Oncología: «En la última década han aparecido hasta seis fármacos que alargan su vida en la fase metastásica».
Este mes se celebra el Día Mundial del Cáncer de Próstata. ¿Qué importancia tiene la detección precoz?
-Como en otros tumores, la importancia de la detección precoz es capital. Cuando el tumor de próstata se hace metastásico, pese a los avances, que son muchos en la última década, no se considera curable.
-¿A qué edad deberían acudir a la primera exploración?, ¿lo suele hacer?, ¿existen tabúes al respecto?
-Entre los 40 y 45 años la realización de un PSA en sangre y un tacto rectal por el urólogo debería ser obligatoria entre los hombres, pues su rendimiento es equiparable a las pruebas que se realizan para la detección precoz de cáncer de mama en la mujer, donde está aceptado por el Ministerio de Sanidad y ampliamente implementado entre las mujeres. Cada vez más, los hombres acuden a esta cita, y los tabúes, afortunadamente, pasaron a la historia.
-¿Cuál es la incidencia de esta enfermedad? ¿A qué hombres afecta más?
-Es el segundo cáncer en incidencia y el primero en hombres a partir de los 50 años. Se calcula que uno de cada seis hombres puede padecerlo a partir de esta edad.
-¿Qué porcentaje de supervivencia se da en la actualidad?
-Si se detecta y trata en fase localizada, sin metástasis, la supervivencia a diez años de seguimiento es de más del 90% de los casos.
-¿Y existe alguna manera de poder prevenir su aparición?
-No, no la hay.
-¿Qué relevancia tienen los hábitos saludables en su desarrollo?
-Se ha objetivado que una dieta saludable, el ejercicio regular, evitar el sobrepeso y una dosis adecuada de luz solar refuerzan la salud ósea, por lo que cuando el cáncer de próstata metastatiza a los huesos, estos aspectos son capitales para el buen control de la enfermedad.
-¿Qué avances se han hecho en el tratamiento de esta enfermedad?
-En la última década han aparecido hasta seis fármacos que alargan su vida en la fase metastásica. En la fase localizada, la detección más selectiva del cáncer de próstata agresivo mediante la resonancia magnética y las biopsias de fusión, la implementación de programas asistenciales muy controlados de vigilancia activa (no tratar a los cánceres de próstata indolentes), la posibilidad del tratamiento focal y el desarrollo de la cirugía robótica han optimizado el manejo del cáncer inicial.
-¿Es la cirugía el recurso final?
-Sin duda, la prostatectomía radical es el tratamiento más estandarizado, con cifras más contrastadas y la que permite el tratamiento al mismo tiempo de los ganglios pélvicos, primera estación metastásica. Además, el control de la enfermedad tras la misma es más fácil, así como las técnicas de rescate terapéutico si éstas son necesarias.
-¿Cuáles son los principales mitos que habría que desterrar?
-Que el cáncer de próstata no mata; tras el cáncer de pulmón y el colorrectal, es la tercera causa de mortalidad por cáncer entre los hombres. Igualmente, si se trata en fases precoces, pueden preservarse la función eréctil y la continencia urinaria.
-Una vez superada la enfermedad, ¿cómo debe afrontar el paciente su futuro?
-Cuando el cáncer de próstata está localizado el 80% se puede sentir curado tras el tratamiento inicial; un 20% necesitará tratamientos de rescate y sólo un 10% metastatizarán. En fase metastásica, el abanico de alternativas terapéuticas iniciales permite en muchos casos alargar la enfermedad, y, sin duda alguna, creo que las sucesivas mejoras en su manejo permitirán cronificar aún más la enfermedad, en un futuro no lejano.
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