Mónica Esgueva: «Invertimos mucho en el cuerpo y muy poco en entrenar la mente»

–¿Qué es el mindfulness?

–Es una técnica catalogada en 1979, pero su tradición es milenaria, pues la inventó Buda. Apareció como una forma de atención concentrada para hacer meditación, pero hoy en día lo que significa es atención, conciencia y recordar mantener esa atención y esa conciencia.

–Pero no es sólo concentración...

–No, porque también incluye la amabilidad y la aceptación, ya que no se juzga lo que ocurre, pues eso ya está pasando. Hay que aceptar las cosas que nos pasan, aunque eso no debería llevar ni a la pasividad ni a la apatía, sino a estar en el presente con lo que toca.

–¿Cómo se puede aplicar eso en el día a día?

–Esto es como ir al gimnasio mental, y como tal hay que practicarlo, a ser posible, a diario. Con diez minutos basta. Mi último libro explica la técnica formal que se hace con los ojos cerrados y concentrados, pero también la técnica informal que se puede realizar continuamente. El secreto está en aprender a centrarnos en lo que hacemos en cada momento, sin dejar que nuestros pensamientos nos interrumpan la tarea. El estrés y la ansiedad siempre vienen cuando pensamos en el futuro, y eso no nos deja disfrutar del presente.

–El estilo de vida actual, hiperconectados, ¿hace que el mindfulness sea más necesario que nunca?

-Sí. Estamos en la era de la distracción, con un exceso de información. Nos interrumpimos en nuestras tareas constantemente y para evitarlo hay que aprender a dejar el móvil, la televisión y otras distracciones cuando estamos en familia, comiendo, etc. Debemos ser capaces de gestionar toda la información que nos llega a la cabeza, ya que eso nos permitirá llevar mejor nuestra vida.

–¿Qué beneficios tiene el mindfulness para nuestra salud?

–En los últimos diez años se ha multiplicado por diez el número de estudios científicos acerca del mindfulness. Estas investigaciones confirman que disminuye la inflamación celular, fortalece el sistema inmunológico, porque se reduce el estrés. Y eso también ayuda a frenar problemas cardiovasculares, úlceras de estómago e incluso problemas de reproducción.

–¿Cuerpo y mente van de la mano?

–Sin duda. La mente y el cuerpo están interrelacionados y lo que pensamos tiene un impacto en nuestro organismo. Por desgracia, invertimos mucho en el cuerpo y todavía muy poco en entrenar la mente, sin darnos cuenta de que una mente en equilibrio facilita un cuerpo en armonía, y eso nos permite ser felices y progresar, disfrutando del camino.

–¿Cualquier persona puede ponerlo en práctica?

–Sí, excepto gente con problemas psicológicos graves.

–Desde luego el Mindfulness se ha puesto de moda...

–Pero era una moda necesaria. Es triste que en Occidente hayamos tardado 2.500 años en darnos cuenta...

A vuela pluma

Licenciada en ciencias económicas, trabajó durante años en una multinacional. Su frenética vida de entoces dio un giro de 180 grados cuando decidió dejarlo todo para «aprender a disfrutar del camino de la vida». Viajera infatigable, durante más de una década ha estudiado con grandes maestros espirituales orientales. Toda su sabiduría la acaba de plasmar en su último libro: «Mindfulness, una guía práctica».