España
Pacientes de diálisis peritoneal reclaman su derecho a poder volar
Los enfermos renales con este tratamientoexigen poner fin a las discriminaciones para coger un avión junto a su cicladora
Rafael Gutiérrez tiene 57 años y está en tratamiento de diálisis peritoneal automatizada (DPA) desde hace tres. Lleva una vida «normal y corriente, como cualquier persona», cuenta, excepto porque no le permiten volar. Bueno, coger un avión sí, pero junto a su cicladora no. «Antes de coger un vuelo y comprar los billetes siempre me aseguro con la aerolínea de que no vaya a haber ningún inconveniente».
En las consultas que han llegado a la Clínica Legal de la Universidad de Alcalá (UAH) a través de Alcer,la principal razón para no permitirle viajar es la seguridad. La cicladora, según las aerolíneas, estaría en la categoría de «material peligroso». Lo curioso es que, según Miguel Ángel Ramiro Avilés, profesor titular de Filosofía del Derecho, director de la cátedra de la UAH y coordinador de la Clínica legal de la Universidad de Alcalá, «en una de las consultas, la peligrosidad dejaba de existir si el pasajero compraba otro billete adicional para que la cicladora viajase a su lado». ¿Entonces es peligrosa o es una cuestión de «nos viene mejor que pagues más»? Lo que está claro es que estos pacientes tiene que viajar con este utensilio sí o sí. Según Miguel Ángel Ramiro Avilés, «nadie lleva una cicladora por gusto o capricho, sino que es una necesidad y una obligación para poder disfrutar de sus derechos en igualdad de condiciones».
Rafael, tras poner dos reclamaciones a la aerolínea y sin respuesta alguna, decidió ir a juicio por la discriminación que estaba sufriendo. Actualmente ha perdido el litigioporque el juez alega que no había constancia de que hubiera advertido de su situación a la compañía aérea.
Lo que es una realidad es que limita la movilidad de los enfermos renales que apuestan por esta «mejora» para poder llevar unas vidas «normales», ya que, según el jefe de Nefrología del Hospital de León, el doctor Mario Prieto, «es absolutamente necesario que el paciente con insuficiencia renal que decide utilizar este tipo de tratamiento pueda viajar con esta máquina, esencial e indispensable para la correcta realización de su terapia».
Desde Alcer y de la mano de su presidente, Daniel Gallego, exigen que las compañías aéreas revisen sus protocolos de actuación en estos casos para asegurar a los pacientes poder volar con sus cicladoras en la cabina, sin que, en ningún caso, implique la obligación de pagar un extra ya que «se está vulnerando el derecho fundamental a realizarse de manera correcta su tratamiento y, además, el principio tan importante de igualdad y no discriminación».
La diálisis peritoneal (DP) es un tratamiento para personas que tienen insuficiencia renal. Los riñones sanos eliminan los desechos de la sangre y el exceso de líquido del cuerpo por sí solos. Sin embargo, cuando los riñones no funcionan como deben, estos desechos y el exceso de líquido pueden acumularse en la sangre y causar problemas de salud (náuseas, dificultades para dormir, falta de apetito, pérdida de energía y de peso, calambres musculares, anemia...). Para uno de los tratamientos al que se deben someter estos pacientes es necesario colocar en el abdomen un tubo flexible llamado catéter mediante un procedimiento de cirugía menor. Éste permite la conexión del enfermo con un conducto especial que posibilita el ingreso de dos a tres cuartos de líquido de lavado dentro del abdomen. Tarda unos diez minutos. Al finalizar este proceso, el catéter se tapa para evitar que haya cualquier tipo de pérdida.
Dentro de la diálisis hay dos tipos: aquella en la que se realiza los intercambios tres o cuatro veces al día (diálisis peritoneal continua ambulatoria DPCA) y otra en la que una máquina, llamada cicladora realiza los intercambios automáticamnete mientras duermes (diálisis peritoneal automatizada DPA). En esta última el paciente se realiza él mismo la técnica y, por tanto, no requiere desplazamiento a hospitales. Según el presidente de Alcer, sirve para «fomentar una autonomía en el paciente para que así pueda conciliar una vida social y laboral activa». A este tratamiento, según Mario Prieto, «puede optar cualquier paciente que quiera hacerlo, él solo o con la ayuda de alguien, y siempre que tenga una cavidad peritoneal sana. El 80% de los pacientes pueden realizarlo».
DEMANDA
Las principales reivindicaciones para los pacientes con enfermedad renal son: la prevención, concienciación y diagnóstico precoz mediante formación, educación y fomento de hábitos saludables, sobre todo, en grupos de riesgo (diabéticos, hipertensos, obesos y tercera edad), así como el derecho a la información, libre elección con todas las opciones de tratamiento sustitutivo renal como la diálisis y el trasplante, y por consiguiente la toma de decisiones compartida entre los profesionales y los pacientes, además de tratar de reducir la lista de espera de trasplante renal aumentando así el número de éstos y, sobre todo, velar por la protección social para el donante, luchar por mantener el certificado de discapacidad con un mínimo del 33% y por la igualdad de acceso a los tratamientos en toda España para así abordar de manera integral la enfermedad prestando atención social, psicológica, nutricional y de la sexualidad. Apostar por el trasporte sanitario no urgente, digno, sin esperas y adecuado para los pacientes de diálisis y, ofrecer empadronamiento, autocuidado y formación de las personas con enfermedad renal, cuidadores y familiares. Y por último, permitirles viajar sin objeciones ni problema alguno.
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