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Pau Donés: «Tengo mucha más salud que cuando no tenía cáncer»

Está a caballo entre Europa y América por su gira «50 palos» con «Jarabe de palo». La enfermedad no sólo no le ha frenado, sino que cuando reapareció, hace casi un año y tras dos de parón por un cáncer de colon, lo hizo con nuevo álbum, libro y gira porque, como asegura, «la vida es una y es urgente».

Pau Donés, cantante y compositor de «Jarabe de Palo»
Pau Donés, cantante y compositor de «Jarabe de Palo»larazon

Está a caballo entre Europa y América por su gira «50 palos» con «Jarabe de palo». La enfermedad no sólo no le ha frenado, sino que cuando reapareció, hace casi un año y tras dos de parón por un cáncer de colon, lo hizo con nuevo álbum, libro y gira porque, como asegura, «la vida es una y es urgente».

- Ayer tocó en Roquetas y hace una semana en Ecuador. Iba a preguntarle cómo se encuentra pero veo que está a tope...

-Sí, este año, que queríamos parar, seguimos porque lo estamos pasando bien, el «show» tiene demanda y yo estoy estupendamente.

-Precisamente en Quito contó que está libre de tumores, «que los marcadores tumorales están a cero y que la enfermedad está dormida».

-El cáncer no se cura. Tiene que ver con un oncogén que muta y, cuando ha mutado, sigue así: tienes cáncer para siempre. Lo que sucede es que ese oncogén puede estar dormido o activo. Yo ahora lo tengo aletargado porque me estoy dando la quimio que lo mantiene a raya, pero curado no estoy ni lo estaré nunca, aunque espero que esté en ese estado el mayor tiempo posible.

-En una ocasión declaró que «el morbo del cáncer provoca una expectación del copón». ¿Cómo la lleva?

-Yo al cáncer le presto muy poca atención. Obviamente genera morbo que un tío con cáncer dé 120 conciertos el año pasado, y se suba al escenario, grabe un disco y escriba un libro... Pues bueno, como lo hacen los ciegos o los diabéticos, porque esta enfermedad es la gran desconocida. La gente cuando oye cáncer es muerte. De hecho, a mi me han defenestrado en alguna ocasión pero no es así. Es una enfermedad crónica y, a partir de ahí, pueden pasar muchas cosas.

-Hizo pública su enfermedad porque quería desestigmatizarla. ¿Cree que lo ha logrado?

-El cáncer da un miedo de la ostia y no sólo en los enfermos sino también –e incluso más– a la gente que nos rodea porque se desconoce, como en su momento el sida... Por eso empezó una pelea para intentar desestigmatizar el asunto. Sobre todo por intentar aliviar ese sufrimiento innecesario y totalmente gratuito que provoca el que de golpe y porrazo te digan que tienes cáncer. La gente cree que el cáncer es cuestión de pocos. Y no, es la segunda enfermedad, después de la depresión, más extendida en el mundo moderno. Y lo tiene todo el mundo: los artistas, los ricos, los curas, los médicos... ya va siendo hora de que a esto le demos una cierta normalidad.

-En su campaña contra el cáncer siempre destaca un mensaje positivo. ¿Qué les diría a las personas que no encuentran esa fuerza?

-Hay poco que decir. Es una cuestión de valorar. Qué valor le das tú a la vida y a la muerte. Yo importancia a la muerte bien poca porque de momento no me va bien morirme, en cambio a la vida toda, porque estoy muy bien viviendo la vida que vivo y no quiero dejar de disfrutar de mi momento. Quizás lo que dice la canción: «Depende, ¿de qué depende? De según cómo se mire todo depende».

-¿Hay algún buen hábito que haya adoptado «gracias» a su situación? ¿Y algún vicio que haya abandonado?

-Ahora tengo mucha más salud que cuando no tenía cáncer: ya no bebo, no salgo por la noche o si salgo me porto bien. Y vicios muchos, porque he sido un hombre de vicio en general. Me gusta alimentarme bien, llevo una dieta alcalina, no bebo, no fumo, no nada... y eso me va muy bien también para la cabeza porque si tenemos 120 conciertos, son 120 días que sales y que te pegas una fiesta. Ahora no: me voy al hotel a dormir y por la mañana voy al gimnasio.