España

Sanidad estudia la regulación de nuevas drogas para su control

El éxtasis y el «cannabis zombie» formarán parte de la lista de sustancias psicotrópicas

Continuamente aparecen nuevas drogas psicoactivas con estructura similar a las clásicas
Continuamente aparecen nuevas drogas psicoactivas con estructura similar a las clásicaslarazon

España se pone al día en materia de nuevas sustancias estupefacientes y psicotrópicas y somete a audiencia pública la inclusión de cinco nuevas que entrarán a formar parte de la Lista II del Anexo del Real Decreto 2829/1977 que regula su control. Como explica Amaya Rojo García, farmacéutica especialista de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y del centro hospitalario Benito Menni en Elizondo (Navarra), «las moléculas se incluyen en dichas listas en función de que puedan producir dependencia, estimulación o depresión del Sistema Nervioso Central (SNC) y cuando hay pruebas suficientes de que la sustancia puede ser objeto de un uso indebido que provoque efectos nocivos y un problema sanitario y social».

¿Cuáles son?

Las cinco nuevas sustancias que van a recibir la calificación de droga, por lo tanto, nocivas para la salud, son: el cannabinoide sintético ADB-Chminaca (toxicidad mortal y efectos psicoactivos, confirmadas 13 muertes por su consumo); el cannabinoide sintético Cumil-4CN-Binaca (toxicidad mortal, 11 muertes); ADB-Fubinaca, la sustancia se vende como incienso o productos vegetales, denominado «cannabis zombie» (toxicidad y creación de dependencia similar al cannabis y los consumidores toman moléculas alteradas del mismo); el cannabinoide sintético FUB-AMB, que se fuma o se vapea y se vende en forma de polvo, solución o rociado sobre una base hierbas con apariencia similar al cannabis (mayor dependencia que éste último y una toxicidad elevada en el sistema nervioso central. Se le relaciona con 20 fallecimientos e intoxicaciones masivas en EE UU); la n-etilnorpentilona, conocido como MDMA o éxtasis (altamente tóxico, se consume con otras drogas como la cocaína o ketamina). Rojo García manifiesta que la naturaleza cambiante de las drogas ilegales hace necesario la puesta al día de los listados para su control en exámenes. «Ocurre que continuamente se van sintetizando nuevas sustancias psicoactivas, con estructura química similar a las drogas sintéticas clásicas (éxtasis, GHB, LSD...) que se usan con fines recreativos, pero que no se encuentran reguladas por la actual normativa. Han aparecido recientemente en el mercado y su finalidad es causar los mismos efectos que las drogas ilegales, no dan positivo en los test de cribado de drogas utilizados habitualmente haciendo más complicada su detección y suponen un enorme riesgo para la salud».

En el documento que prepara Sanidad «ninguno de los cannabinoides sintéticos mencionados arriba tiene uso médico en humanos ni veterinario reconocido en la Unión Europea ni ningún otro lugar, sin embargo, los resultados de los estudios toxicológicos realizados concluyen una toxicidad aguda que puede dañar gravemente la salud. Por tanto, lo que se ha hecho es modificar este RD para incluir estas sustancias en la Lista II, para tener un mayor control sobre ellasy que sus requerimientos para la fabricación, prescripción, y distribución sean más estrictos», subraya la portavoz de la SEFH y añade que «formar parte de la Lista II del Convenio, no implica directamente que sean malas para la salud, sino que su uso conlleva unos riesgos asociados que hay que controlar».

En este sentido, cabe mencionar que «dentro de los numerosos cannabinoides existentes hay investigaciones en curso, hay cierta evidencia de que algunos cannabinoides pueden tener utilidad en el tratamiento del dolor, en algunos pacientes con cáncer por sus propiedades antieméticas y de aumento del apetito, se han evaluado en la espasticidad asociada a la esclerosis múltiple y en algunos síndromes convulsivos entre otros usos clínicos. En general, las sustancias sobre las que más investigación se realiza son con aquellas de las que se espera un efecto positivo y pocos efectos secundarios. En concreto, las sustancias mencionadas, por su perfil de toxicidad, es poco probable que den pie a fármacos de uso clínico», concluye Rojo García.