Prevención
Un 20% de españoles, diana de la insuficiencia cardiaca
El trastorno vascular ligado al envejecimiento representa entre un 2 y 3% del gasto sanitario y se cobró casi 20.000 vidas en 2015, según el INE
El trastorno vascular ligado al envejecimiento representa entre un 2 y 3% del gasto sanitario y se cobró casi 20.000 vidas en 2015, según el INE
La Sociedad Española de Cardiología (SEC) alerta de la necesidad de aumentar la concienciación de los ciudadanos sobre la insuficiencia cardiaca como una enfermedad prevenible y tratable, a pesar de que uno de cada cinco adultos sufrirá este trastorno a lo largo de su vida. «Cada vez contamos con más opciones de tratamiento que están permitiendo mejorar la calidad de vida de los pacientes», según el presidente de la sección de Insuficiencia Cardiaca de la SEC, Javier Segovia, con motivo del Día Europeo de la Insuficiencia Cardiaca que se celebra este fin de semana.
Este trastorno, ligado al envejecimiento, impide el correcto bombeo del corazón, haciendo que no llegue suficiente riego sanguíneo al organismo y que se acumulen los líquidos que el corazón no bombea adecuadamente. La mortalidad es elevada, ya que el 15% de los pacientes fallece al año del diagnóstico y el 50% después de cinco años. De hecho, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2015 fallecieron 19.029 personas por esta causa (siendo más prevalente entre las mujeres con 12.085 fallecimientos que entre los hombres, con 6.944) y es la tercera enfermedad cardiovascular con más muertes. Además, es la primera causa de hospitalización por encima de los 65 años y representa entre el 2-3% del gasto sanitario español.
Adelantarse
Para prevenir su aparición se recomienda llevar un estilo de vida saludable, evitando situaciones que supongan una sobrecarga para el corazón (excesos de sal o líquidos en la dieta, ejercicio extenuante, no tomar la medicación prescrita). Además, la SEC asegura que diversos estudios han demostrado el efecto beneficioso de la práctica de ejercicio físico moderado y controlado por el cardiólogo en pacientes con insuficiencia cardiaca, con mejora de la calidad de vida, capacidad de ejercicio y, posiblemente, de la supervivencia del paciente. Algunas de las actividades recomendadas son pasear, ir en bicicleta o natación.
Existen diferentes tipos de fármacos que pueden ayudar a controlar la insuficiencia cardiaca como vasodilatadores, betabloqueantes, diuréticos y anticoagulantes, entre muchos otros. El cardiólogo podrá administrar uno de ellos o, más frecuentemente una combinación de varios. Además, hay dispositivos implantables como marcapasos, resincronizadores o desfibriladores que, a través de impulsos eléctricos, corrigen diversas alteraciones del ritmo cardiaco y mejoran la eficiencia de la contracción del corazón.
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