Chicago
Un estudio confirma que se puede morir de soledad
La soledad es más que un sentimiento, puesto que en el caso de los adultos mayores, el aislamiento social es un importante riesgo para la salud que puede incrementar en un 14 por ciento las posiblidades de muerte prematura, según un estudio que se publica este lunes en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, informa Europa Press.
Los investigadores han sabido durante mucho tiempo los peligros de la soledad, pero no han entendido bien los mecanismos celulares por los que la soledad provoca resultados adversos para la salud. Ahora, un equipo de investigadores, entre ellos el psicólogo y experto en soledad de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, John Cacioppo, arroja más información sobre cómo la soledad provoca respuestas fisiológicas que a la larga pueden hacer enfermar.
El documento muestra que la soledad conduce a luchar o huir de la señalización de estrés, lo que puede acabar afectando a la producción de células blancas de la sangre. El estudio, realizado en colaboración con Steven W. Cole, de la Universidad de California Los Angeles (UCLA), y John P. Capitanio, del Centro de Investigación Nacional de Primates de la Universidad de California, Davis, en Estados Unidos, analizó la soledad de los seres humanos y los macacos rhesus, una especie altamente social de primates.
Investigaciones anteriores de este equipo habían identificado una relación entre la soledad y un fenómeno que llamaron «respuesta conservada transcripcional a la adversidad» o CTRA, que se caracteriza por un aumento de la expresión de genes implicados en la inflamación y una disminución en la expresión de genes involucrados en respuestas antivirales. En esencia, las personas solitarias presentan una respuesta inmune menos eficaz y más inflamación que las personas no solitarias. Para el estudio actual, el equipo de científicos examinó la expresión de genes en los leucocitos, las células del sistema inmunológico que están implicadas en la protección del cuerpo contra las bacterias y los virus.
Como era de esperar, los leucocitos de los seres humanos solitarios y los macacos mostraron los efectos de CTRA: un aumento de la expresión de genes implicados en la inflamación y una disminución en la expresión de genes involucrados en respuestas antivirales. Pero la investigación también reveló varias piezas nuevas e importantes de información sobre el efecto de la soledad en el cuerpo.
En primer lugar, los autores detectaron que la soledad predijo el futuro de la expresión génica CTRA medida un año o más después, pero, curiosamente, la expresión de genes CTRA también predijo la soledad un año o más después. La expresión genética de los leucocitos y la soledad parecen tener una relación recíproca, lo que sugiere que cada uno puede ayudar a propagar el otro en el tiempo. Estos resultados fueron específicos a la soledad y no podían ser explicados por la depresión, el estrés o el apoyo social.
A continuación, el equipo investigó los procesos celulares que unen la experiencia social a la expresión génica CTRA en macacos rhesus del Centro de Investigación Nacional de Primates de California, los cuales habían sido clasificados en un nivel alto en cuanto a comportamiento de aislamiento social percibido. Al igual que los seres humanos solitarios, los monos que parecían solitarios mostraron mayor actividad CTRA y niveles más altos del neurotransmisor norepinefrina.
Trabajos previos han encontrado que la norepinefrina puede estimular las células madre de la sangre en la médula ósea para fabricar más de un tipo particular de célula inmune, un monocito inmaduro que muestra altos niveles de expresión de genes inflamatorios y bajos niveles de genes antivirales. Tanto los seres humanos solitarios como los monos mostraron mayores niveles de monocitos en la sangre.
Estudios más detallados de los glóbulos blancos de los monos encontraron que esta diferencia se deriva de la expansión del grupo de los monocitos inmaduros. En un análisis adicional, monos expuestos repetidamente a condiciones sociales medianamente estresantes (en una jaula con compañeros desconocidos) también exhibieron aumentos en los niveles de monocitos inmaduros. Estos análisis, finalmente, han identificado una razón por la que se magnifica la expresión genética CTRA en el grupo de glóbulos blancos: aumento de la producción de los monocitos inmaduros.
Por último, los investigadores determinaron que esta relacionado monocitos-CTRA tuvo consecuencias reales para la salud. En un modelo de mono de infección viral, la expresión del gen antiviral deteriorada en monos solitarios permitió al virus de la inmunodeficiencia simia (la versión del virus de la inmunodeficiencia humana -VIH-- en los monos) crezca más rápido tanto en la sangre como en el cerebro.
En conjunto, estos resultados apoyan un modelo mecanicista en el que la soledad resulta en una señalización de lucha o huida al estrés, lo que aumenta la producción de monocitos inmaduros, que lleva a una regulación deteriorada de genes inflamatorios y de respuestas antivirales. En úlitma instancia, las «señales de peligro» activadas en el cerebro por la soledad afectan a la producción de glóbulos blancos. El cambio resultante en la producción de monocitos puede propagar la soledad y contribuir a sus riesgos asociados para la salud. El equipo de científicos de este trabajo tiene previsto continuar la investigación sobre cómo la soledad lleva a malos resultados de salud y cómo estos efectos se puede prevenir en los adultos mayores.
Europa Press
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