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Cirugía

Una técnica precisa para eliminar con seguridad el cáncer de páncreas

El tumor fue tratado mediante electroporación irreversible percutánea a un hombre de 66 años

Técnica mediante electroporación irreversible percutánea con la utilización de agujas | Imagen cedida
Técnica mediante electroporación irreversible percutánea con la utilización de agujas | Imagen cedidalarazon

El Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro (Madrid) ha realizado con éxito una intervención de cáncer de páncreas mediante una nueva técnica llegada desde Estados Unidos, que elimina casi por completo el que será la segunda mayor causa de muerte en 2030, por delante de tumores como el de mama, próstata y colon.

La neoplasia fue tratada mediante electroporación irreversible percutánea en la nueva sala de radiología vascular e intervención del hospital. La técnica utilizada es una nueva modalidad de ablación tumoral que consiste en la eliminación de tejido maligno mediante la destrucción directa del mismo «in situ», sin quitarlo, utilizando «púas» que se colocan en su interior. «Dichas agujas destruían los tejidos al generar temperaturas muy altas o muy bajas, o mediante la inyección de sustancias químicas», explica Eduardo Crespo Vallejo, jefe de la Unidad de Radiología Vascular e Intervención del Hospital de Valdemoro. Sin embargo, con este método se emplean agujas, pero para generar una corriente de alto voltaje, provocando la muerte de células. Según Crespo: «Al no haber lesión por calor, las estructuras anatómicas en la zona tratada se mantienen íntegras, pero despobladas de células, permitiendo tratar tumores no abordables de otra manera por encontrarse afectando a estructuras vitales». El operado era un hombre de 66 años. El cáncer se encontraba localizado en la cabeza del páncreas y esto suponía una invasión en las estructuras vasculares, principal característica para catalogarlo de localmente avanzado, según Crespo. El estado general del paciente era bueno. Por ello, tras una decisión consensuada en comité multidisciplinar se decidió realizar la intervención. Crespo apunta que «no es un procedimiento indicado en todas las personas afectadas», ya que tienen que ser rigurosos en la selección de los mismos para identificar aquéllos que se pueden beneficiar de la técnica. El perfil ideal, según Crespo, es aquel que «tiene un buen estado general y una tumoración menor de tres o cuatro centímetros limitada al páncreas, pero que no se puede resecar quirúrgicamente porque invade las estructuras vasculares de la zona». Apunta que es importante que no haya invasión de otros órganos, o lo que es lo mismo, que no exista metástasis, y que, además, hayan recibido al menos una primera línea de quimioterapia para obtener los mejores resultados.

La operación de tres horas de duración resultó un éxito tras la utilización de esta alternativa terapéutica no presentando complicaciones aparentes durante ni posteriormente a la misma. La evolución transcurrió de forma positiva, a pesar de las complicaciones que este tumor acarrea, siendo una de las neoplasias más agresivas y con mayor mortalidad, debido a su pronta diseminación, la ausencia de síntomas específicos tempranos y su diagnóstico tardío. Según Crespo, «en la respuesta magnética, que se le realizó a las 24 horas, se observaba una ausencia de captación de contraste en el tumor, indicativo de buena respuesta», permitiéndole el alta. El paciente será controlado con pruebas analíticas y de imagen cada tres meses.

El tumor más mortal

El cáncer de páncreas es una de las neoplasias más agresivas y con mayor mortalidad. Su pronóstico es el más desolador. La tasa de supervivencia a dos años es inferior al 10%, sin mejora con el paso del tiempo. El hecho de que se diagnostiquen en un estado avanzado supone que sólo entre el 15% y 20% sean elegidos para ser tratados. El resto tiene una limitada respuesta a la quimioterapia y a la radioterapia combinada. Pese a ser el décimo tumor mas frecuente en los países industrializados, supone la cuarta causa de muerte por cáncer. Según Crespo, «se prevé que para 2030 incremente su incidencia en un 50% convirtiéndose en la segunda causa de muerte».

«Varios estudios han investigado la seguridad y eficacia de la técnica utilizada recientemente, la electroporación irreversible abierta y percutánea, para el cáncer de páncreas localmente avanzado y han sugerido una mejoría en la supervivencia libre de progresión y de global», explica Crespo, a pesar de que es una técnica que ha sido introducida en Europa hace aproximadamente sólo dos años. En el caso de España, hasta el momento no se han llegado a realizar más de 20 intervenciones de este tipo, siendo la mayoría de las mismas de forma intraoperatorias.