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Tocar instrumentos de viento afecta a los dientes

La Razón
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xisten patologías odontológicas relacionadas con la práctica de instrumentos de viento. Se ha puesto de manifiesto que las posturas y gestos en la ejecución son en su mayoría forzados, y el hecho de hacerlos de forma repetitiva, sumado al estrés de realizarlo con perfección, conllevan en muchos casos, a enfermedades y dolencias a ese nivel. Instrumentos de viento hay de dos tipos: madera y metal. Dentro de los primeros se podrían diferenciar tres según su contacto con la boca del músico: sin caña o lengüeta (flauta), con caña simple (clarinete y saxofón) y con caña doble (oboe). Cada uno requiere una forma característica de colocar la boca para su ejecución.

Al tocar la flauta es necesario posicionar la mandíbula más atrás para dejar un orificio por donde sale el aire, por lo que se ve afectado el crecimiento mandibular y, además, debido a la presión de la columna del aire de la flauta, se han encontrado paladares más estrechos en estos individuos. En músicos con caña simple se produce apiñamiento dentario en los incisivos inferiores, así como pequeñas roturas en los mismos debido al apoyo de la caña, mientras que en los de caña doble también hay alteraciones de posición dentaria, y se encuentran lesiones en la cara interna de los labios debido a la presión de la lengüeta. Por su parte, en los instrumentos de metal es frecuente las patologías de los músculos que rodean la boca (orbicular de los labios, buccinador, etc..) e incluso pierden su funcionamiento normal, lo que se conoce por distonías. Esta influencia de los instrumentos hacia el territorio maxilofacial puede ser beneficiosa, así si un niño se prevee que va a tener una mandíbula demasiado grande, se le puede recomendar uno u otro tipo de instrumento que pueda ayudar a evitar ese crecimiento no deseado.