Un óptico salva a una niña de dos años que habría muerto de un tumor en una semana

Karen Lee-Johnston llevó a su hija a una óptica en Glasgow al notar que tenía la pupila del ojo derecho dilatada.

Una madre británica ha mostrado su agradecimiento al optometrista que salvó la vida de su hija después de detectar signos de que tenía un tumor cerebral raro.

Karen Lee-Johnston llevó a su hija de dos años a la tienda de Tesco Silverburn en Glasgow después de notar que tenía la pupila del ojo derecho dilatada, tenía nauseas y había vuelto a gatear debido al mal equilibrio, según informa Mirror.

El optometrista Aaron Spears detectó rápidamente que Erika, a la que su familia llama Boo, mostraba síntomas clásicos de un tumor de craneofaringioma y la derivó de urgencia al hospital.

Boo se hizo más pruebas en el Royal Hospital for Children de Glasgow ese día, incluida una tomografía computarizada que detectó la afección y una resonancia magnética para confirmar el tipo y la gravedad del crecimiento.

La resonancia magnética confirmó que padecía un craneofaringioma, un tumor cerebral raro que se da con mayor frecuencia en niños.

La madre de 33 años ha relatado que: "Estábamos esperando en una sala compartida y una enfermera me dijo que cuidaría de Boo mientras hablaba con un médico en una habitación privada. En este punto, me sentí morir".

"Había muchas enfermeras y médicos en esta pequeña habitación y yo soy muy directa, así que le dije: 'Estas no son buenas noticias, ¿verdad?'. Uno de los neurocirujanos dijo 'No' ".

La madre ha desvelado que el médico le confirmó que "lo más probable es que hubiera muerto si lo hubiéramos dejado una o dos semanas más".

A la familia se le comunicó que Boo había perdido por completo su visión en su ojo derecho y se sometió a una cirugía para tratar de salvar la vista en su ojo izquierdo. Sin embargo, la viuda madre de tres hijos ha mostrado su satisfacción y agradecimiento por lo que considera un milagro: "Afortunadamente, después de la cirugía, su vista volvió a ambos ojos".