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Lugares con encanto

La cueva de Menorca que esconde leyendas de forasteros y es a la vez discoteca, bar y mirador

La Cova d'en Xoroi es uno de los lugares con más encanto de Baleares por la autenticidad de su ubicación pero también por las historias y las leyenda tras su geología natural

Cova d'en Xoroi Cedida

A orillas del Mediterráneo, incrustada en un acantilado de casi 30 metros de altura que se precipita sobre el mar, la Cova d’en Xoroi se ha consolidado como uno de los grandes emblemas turísticos de Menorca.

Este enclave natural, situado en la Cala en Porter, en el sur de la isla, combina naturaleza, historia y ocio en un mismo espacio que atrae tanto a visitantes extranjeros como a residentes en busca de una experiencia singular.

Durante el día, la cueva se presenta como un bar con terrazas y miradores que regalan una de las postales más codiciadas de Menorca: los atardeceres sobre el mar. Con música chill out de fondo y un ambiente relajado, es un plan perfecto para quienes desean contemplar la belleza del paisaje mediterráneo mientras disfrutan de una copa.

Al caer la noche, la Cova se transforma por completo en una sala de conciertos y discoteca, con programación de DJs nacionales e internacionales que convierten este rincón en un referente del clubbing en Baleares.

Una oferta para todos los públicos

Uno de los grandes atractivos de la Cova d’en Xoroi es su capacidad de adaptarse a diferentes públicos y momentos del día. Las sesiones diurnas son familiares y tranquilas, pensadas para quienes buscan descubrir el espacio sin el bullicio nocturno.

Al atardecer, la música en directo acompaña la puesta de sol, generando una atmósfera mágica que ha hecho famoso al enclave en redes sociales.

Por la noche, el recinto se reinventa para ofrecer una experiencia clubbing con artistas de primer nivel. Y, como cita obligada para los más fiesteros, cada jueves se celebra la fiesta de la espuma, una de las más reconocidas de Menorca.

Además de la música y el ocio, el espacio ofrece diferentes balcones y miradores que permiten apreciar panorámicas espectaculares de la costa menorquina. Este aspecto convierte la visita en un plan que combina turismo de naturaleza con entretenimiento moderno, consolidando la Cova como un lugar versátil y único.

La leyenda de Xoroi

Más allá de su programación, la Cova d’en Xoroi está envuelta en una leyenda que le confiere un aura romántica y misteriosa. El nombre del enclave proviene de un forastero, Xoroi, que llegó misteriosamente del mar.

Según la tradición oral transmitida durante generaciones, el hombre se enamoró de una joven local y desapareció junto a ella. Años después, los vecinos encontraron unas huellas que llevaban a la gruta, donde hallaron a la pareja con tres hijos viviendo en su interior. Al ser descubierto, Xoroi se lanzó al mar y nunca más se supo de él.

Este relato ha trascendido como parte del imaginario popular menorquín, dotando a la cueva de un halo de romanticismo y tragedia que atrae a quienes buscan no solo ocio, sino también una conexión con la historia y la tradición oral de la isla.

Menorca, destino internacional

En los últimos años, Menorca ha sido destacada en listados internacionales como destino imprescindible por su patrimonio natural, arqueológico y cultural. La Cova d’en Xoroi se convierte en un símbolo de esa identidad múltiple que combina naturaleza, historia y modernidad. Su fama trasciende fronteras, y cada temporada recibe a miles de turistas que buscan vivir en primera persona lo que ya han visto en fotografías o redes sociales.

Los horarios de visita permiten disfrutar del enclave en diferentes franjas: desde el ambiente relajado del mediodía hasta la energía de la madrugada. La cueva abre todos los días de 11:30 a 18:00 y de 18:30 a 22:00, mientras que su horario nocturno se extiende de martes a domingo desde las 23:15 hasta las 5:00 horas.

Un icono balear

La Cova d’en Xoroi no es solo una atracción turística, sino un auténtico icono balear que concentra en un mismo espacio lo que define a Menorca: paisajes de postal, tradiciones transmitidas de generación en generación y una vida nocturna que ha sabido adaptarse al público internacional.

Entre acantilados, leyendas y música, este enclave sigue reinventándose sin perder la esencia que lo ha convertido en una visita obligada en la isla.