Polémicas

Un influencer gatronómico critica la comida de Mallorca: "Es una puta mierda"

El creador de contenido Cocituber ha desatado la polémica al criticar el frit mallorquí en uno de los bares más típicos de la isla

Pan con queso y sobrasada, un manjar típico de las islas
Pan con queso y sobrasada, un manjar típico de las islasiStock

La gastronomía mallorquina ha entrado de lleno en el centro de la conversación digital. El motivo: un vídeo publicado por el creador de contenido gastronómico Cocituber, en el que arremete con dureza contra uno de los platos más emblemáticos de la isla, el frit mallorquí. La grabación, realizada en el histórico Bar Bosch de Palma, ha generado una auténtica tormenta en redes sociales y ha dividido a los internautas entre quienes se sienten ofendidos por sus palabras y quienes defienden su derecho a opinar sin tapujos.

El Bar Bosch no es un local cualquiera. Abierto en 1936, se ha convertido en un símbolo de la ciudad, un punto de encuentro tanto para residentes como para turistas, y un lugar donde políticos, artistas y personajes ilustres han dejado su huella. Precisamente por eso, que un creador con miles de seguidores critique allí uno de los platos más representativos de la cocina balear no ha pasado inadvertido.

Rechazo total al frit mallorquí

En el vídeo, Cocituber prueba una tapa de frit mallorquí, receta elaborada tradicionalmente con interiores de cordero, patata, pimientos y especias. Sin apenas disimular su disgusto, sentencia: “Esto me parece una puta mierda, con todo el respeto del mundo”. Ante la insistencia de su acompañante, añade: “A mí personalmente no, hostia. 4,20 euros la tapa y no me gusta nada”.

La contundencia de la crítica ha sido suficiente para encender los ánimos. El frit mallorquí es un plato cargado de tradición, presente en las casas mallorquinas desde hace generaciones y considerado un auténtico símbolo cultural. Para muchos, escucharlo descalificar de esa forma en uno de los bares más emblemáticos de Palma ha sido un auténtico insulto.

Halagos al llonguet y la sobrasada

Sin embargo, su rechazo no fue absoluto hacia todo lo que probó. Cocituber reservó elogios para otro de los productos estrella del local: el llonguet, al que bautizó en tono jocoso como “la langosta más barata de España”. “El pan es típico de Mallorca, está buenísimo”, celebró entre risas, generando simpatía entre quienes valoran que, al menos, reconociera la calidad del famoso bocadillo palmesano.

Tampoco pasó desapercibido su entusiasmo por la sobrasada, otro de los iconos gastronómicos de la isla. “¡Qué sobrasada, chaval!”, exclamó, equilibrando en parte el tono crítico de su vídeo. Esa mezcla de halagos y descalificaciones ha hecho que la polémica se amplifique todavía más, pues no se trata de un rechazo frontal a Mallorca, sino de una opinión personal sobre un plato muy concreto.

Críticas por desconocimiento

Más allá del disgusto culinario, muchos usuarios de redes sociales han puesto el foco en los errores y confusiones del propio creador. Algunos le reprochan haber hablado de Mahón como “un pueblo de una isla de estas”, o no haber sabido referirse correctamente al llonguet, lo que ha llevado a que lo tachen directamente de “cateto”.

La percepción generalizada es que su estilo, basado en la espontaneidad y en un lenguaje sin filtros, le ha llevado a menospreciar un plato con un peso cultural que va mucho más allá de lo gastronómico. Y aunque Cocituber se defiende con humor —llega a bromear con que algún día su foto acabará colgada en el Bar Bosch “junto a Sabina y Miró”—, el debate sigue creciendo.

Un local con casi un siglo de historia

Lo indiscutible es que el vídeo ha vuelto a situar al Bar Bosch en el centro de todas las conversaciones. Para algunos, ha sido una falta de respeto hacia un local con casi un siglo de historia; para otros, una oportunidad de recordar que la cocina no puede gustar a todo el mundo.

Al final, lo que parece un simple vídeo de crítica gastronómica se ha convertido en una reflexión más amplia sobre la relación entre las redes sociales, el turismo gastronómico y el respeto por la cultura local. El frit mallorquí, con sus sabores intensos y su fuerte arraigo, ha salido reforzado como símbolo identitario de Mallorca, aunque no todos los paladares lo disfruten.

Y es que la gastronomía, como el arte o la música, despierta pasiones y rechazos. Lo que para unos es un manjar imprescindible, para otros puede ser un plato difícil de digerir. Pero si algo demuestra la polémica de Cocituber es que el debate sobre la cocina mallorquina está más vivo que nunca.