
Drama de la vivienda
El mercado de los pisos okupas se dispara en Mallorca: los precios se duplican en un año
El barrio de Son Gotleu, en la ciudad de Palma, es uno de los que más viviendas de este tipo, que están cada vez más en el foco de los inversores, quienes ven en ellos una alta rentabilidad

El mercado inmobiliario de Mallorca atraviesa una nueva tendencia que pocos habrían imaginado hace apenas unos años: el auge en la compraventa de viviendas ocupadas ilegalmente.
Lo que antes se consideraba un nicho marginal dentro del sector se ha convertido en un fenómeno en crecimiento, marcado por la alta demanda, la escasa oferta y la expectativa de rentabilidad futura.
En la actualidad, los precios de las viviendas con okupas se han duplicado respecto al año anterior. Si en 2023 podían encontrarse inmuebles en este estado por cifras que oscilaban entre 25.000 y 100.000 euros, ahora el rango se sitúa en 50.000 a 200.000 euros, dependiendo de la ubicación y las condiciones del inmueble.
El principal motivo de este incremento es la escasez de producto disponible: las propiedades con ocupantes irregulares se venden rápidamente, en muchos casos incluso antes de llegar al mercado abierto.
Un segmento de oportunidades
Los fondos de inversión y algunos pequeños compradores particulares han encontrado en este segmento una oportunidad para acceder a la propiedad en una isla donde los precios libres superan ampliamente la capacidad económica de la mayoría de los residentes.
En paralelo, familias sin recursos suficientes para adquirir una vivienda convencional recurren a este tipo de operaciones, con la esperanza de recuperar la posesión del inmueble y establecer en él su residencia habitual.
Plazos judiciales interminables
Sin embargo, el proceso está lejos de ser sencillo. Los plazos judiciales para el desalojo pueden extenderse durante más de un año, e incluso superar los dos, dependiendo del tipo de ocupación y de la situación legal del inmueble.
En algunos casos, los nuevos propietarios optan por negociar directamente con los okupas para lograr una salida pactada, una práctica que puede implicar el pago de compensaciones económicas que rondan los 10.000 a 15.000 euros.
Son Gotleu, foco de la okupación
Este fenómeno no solo afecta a los barrios más humildes de Palma, sino que también ha comenzado a detectarse en zonas residenciales y, de forma puntual, en propiedades de alto valor.
Aunque la barriada de Son Gotleu concentra el mayor número de pisos con okupas en venta, existen casos aislados en otras áreas de la isla, e incluso se han registrado viviendas de lujo con ocupantes irregulares.
Los expertos del sector señalan que este tipo de inversiones no son aptas para todos los compradores, ya que exigen paciencia, liquidez y una visión a largo plazo.
Gran margen de beneficio
La rentabilidad final depende de múltiples factores, como la duración del proceso judicial, el coste de las reparaciones necesarias o la revalorización del inmueble una vez desalojado.
Aun así, algunos inversores han conseguido beneficios superiores al 100% en operaciones de este tipo, lo que ha alimentado el interés por un mercado tan polémico como lucrativo.
En definitiva, el mercado de viviendas con okupas se ha consolidado como un nuevo frente dentro del negocio inmobiliario mallorquín, impulsado por la combinación de crisis de acceso a la vivienda, rentabilidad potencial y falta de regulación específica.
Mientras tanto, los precios siguen al alza y la demanda no da señales de agotarse, reflejando una realidad tan paradójica como preocupante: en Mallorca, incluso los pisos ocupados se han convertido en objeto de deseo.
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