Medio Ambiente

Oceanógrafos concluyen esta importante tarea en los mares de Baleares: "Tiene un alto valor ecológico"

El trabajo se ha desarrollado en el marco de la campaña oceanográfica 'Biodiv-Maërl 0825', llevada a cabo entre el 11 y el 25 de agosto a bordo del buque Ramón Margalef

Varios peces nadan sobre praderas de posidonia, protegidas en Baleares
Varios peces nadan sobre praderas de posidonia, protegidas en BalearesiStock

Un equipo del Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) ha concluido recientemente la cartografía de fondos marinos de gran valor ecológico en aguas de las Islas Baleares y de la Región de Murcia.

Se trata de un paso importante en el conocimiento de los hábitats de maërl/rodolitos, considerados esenciales para la conservación de la biodiversidad en el Mediterráneo occidental.

Una campaña científica de dos semanas

El trabajo se ha desarrollado en el marco de la campaña oceanográfica 'Biodiv-Maërl 0825', llevada a cabo entre el 11 y el 25 de agosto a bordo del buque Ramón Margalef.

El objetivo principal ha sido mejorar la caracterización y el cartografiado de estos fondos marinos, que se encuentran en la plataforma continental de ambas regiones y que son reconocidos como auténticos puntos calientes de biodiversidad.

Los fondos de maërl, también conocidos como rodolitos, están formados por algas rojas calcáreas de crecimiento lento. Su relevancia ecológica reside en que proporcionan refugio, alimento y áreas de cría para multitud de especies marinas, desde invertebrados hasta peces.

Sin embargo, su fragilidad es igualmente significativa: resultan muy vulnerables a las presiones humanas, como la pesca de arrastre y la acuicultura, así como al impacto del cambio climático.

Más de 100 km cuadrados cartografiados

Durante la campaña se han cartografiado con ecosonda multihaz unos 100 km² de fondo marino, situados entre los 50 y 100 metros de profundidad. Además, se han realizado 380 grabaciones de vídeo para documentar en detalle las características de estos hábitats.

El equipo investigador también ha tomado muestras de sedimentos superficiales, así como 46 muestreos de flora y fauna bentónica mediante patín epibentónico.

Este trabajo ha permitido elaborar un primer inventario de especies presentes en estos fondos, incluyendo algas, invertebrados y peces, así como identificar las especies concretas de algas rojas que conforman la estructura de los rodolitos y describir sus rasgos morfológicos.

Un ecosistema bajo presión

En el archipiélago balear, estos fondos alcanzan profundidades de hasta 85 metros y coinciden en muchos casos con zonas de caladeros de pesca de arrastre, lo que los convierte en hábitats especialmente expuestos a alteraciones.

En la Región de Murcia, además de las presiones derivadas de la pesca, los fondos de maërl se enfrentan al impacto de la acuicultura marina, una actividad en expansión en esta zona del Mediterráneo. Por ello, los científicos subrayan la necesidad de avanzar en la cartografía y caracterización de estos ecosistemas, ya que resulta fundamental para diseñar estrategias de gestión compatibles con la conservación y la sostenibilidad económica.

Colaboración científica

La campaña ha contado con la participación de personal investigador de varios centros oceanográficos del IEO, concretamente los de Baleares, Cádiz y Málaga, así como de expertos del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) y de la Universidade da Coruña.

El proyecto se enmarca en la iniciativa Biodiv, de “Asesoramiento científico-técnico para el seguimiento de la biodiversidad marina: espacios y especies marinos protegidos de competencia estatal (2022-2025)”.

Está financiado por la Unión Europea con fondos NextGenerationEU, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y cuenta con el impulso del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través de la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación, y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Un paso hacia la conservación

Los resultados obtenidos en esta campaña constituyen un primer paso para diseñar medidas concretas de gestión y protección de estos fondos, que permiten mantener la salud del ecosistema marino en el Mediterráneo occidental.

La combinación de tecnología avanzada y trabajo de campo ha hecho posible obtener información inédita que será clave para equilibrar la conservación con las actividades humanas.

Con este nuevo cartografiado, el IEO-CSIC refuerza su papel como actor fundamental en la investigación y gestión de los recursos marinos, en un momento en que la presión sobre los océanos exige cada vez más respuestas basadas en la ciencia.