
Sucesos
Pavor en las playas de Mallorca por el hallazgo de un tiburón con un gran mordisco de otro depredador
El escualo fue hallado sin vida hace unas semanas en la playa de Can Pere Antoni, con una gran mordida que avivó el miedo entre los bañistas de la isla, sobre todo después de que la imagen se viralizara en las redes sociales

Hace apenas unas semanas, los bañistas y paseantes de la playa de Can Pere Antoni, en Palma, se encontraron con una escena insólita: el cadáver de un tiburón de gran tamaño varado en la arena. La presencia del animal, de unos cuatro metros de largo, atrajo a decenas de curiosos que grabaron vídeos y tomaron fotografías que rápidamente se difundieron en redes sociales.
El hallazgo generó tanto expectación como preocupación. Muchos pensaron en un primer momento que el animal había sido atacado por otro depredador aún mayor, alimentando la idea de que las aguas del archipiélago albergan criaturas desconocidas o poco habituales.
Signos de violencia
Los expertos, sin embargo, han ofrecido una explicación más clara. Según Debora Morrison, directora de la Fundación Palma Aquarium, se trataba de una hembra de cañabota gris, una especie de tiburón de aguas profundas catalogada como vulnerable.
El animal presentaba una herida profunda en el costado, que en un principio fue interpretada como una mordida. Sin embargo, los análisis apuntan a que se trataba de un hachazo en la nuca y que el ejemplar llevaba muerto bastante tiempo, en un estado avanzado de descomposición. Todo indica que la causa de la muerte estuvo relacionada con actividades pesqueras y no con la acción de otro tiburón.
No se trata de un caso aislado
Morrison advirtió que este tipo de sucesos no son nuevos en Baleares. En 2019, en Puerto Portals, apareció otra hembra de cañabota gris con la espina dorsal seccionada y múltiples cortes por arma blanca. En aquella ocasión, también se apuntó a la interacción con artes de pesca o maniobras negligentes como origen de las lesiones.
Estos incidentes, aunque impactantes, forman parte de una problemática más amplia: la vulnerabilidad de los escualos y rayas en aguas baleares. Pese a que son especies clave para el equilibrio de los ecosistemas marinos, muchas sufren la presión de la pesca y de prácticas poco reguladas que ponen en riesgo su supervivencia.
Llamamiento a la conservación
El hallazgo del tiburón en Can Pere Antoni ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la conservación de los tiburones en Baleares. Organizaciones ecologistas y expertos en biología marina reclaman medidas urgentes como controles más estrictos a la pesca, la protección de hábitats frágiles y campañas de seguimiento científico que permitan conocer mejor la situación de estas especies en el archipiélago.
Además, recuerdan que los tiburones, a pesar de su imagen temida, cumplen un papel esencial en la cadena alimenticia, regulando las poblaciones de otras especies y garantizando la salud de los ecosistemas marinos.´
Entre la curiosidad y la alarma
La escena del tiburón muerto en la arena, con turistas haciéndose fotos junto al animal, refleja también el contraste entre la curiosidad del público y la gravedad del problema ambiental.
Mientras las imágenes circulaban en redes sociales como un fenómeno viral, los científicos advertían del riesgo de seguir normalizando la muerte de estos animales por causas humanas.
La cañabota gris encontrada en Palma es, según los expertos, un nuevo recordatorio de que las aguas del Mediterráneo no son inmunes a las presiones globales que amenazan a la biodiversidad. Y de que, si no se adoptan medidas contundentes, este tipo de escenas podrían convertirse en algo cada vez más habitual en las costas baleares.
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