Sociedad

La playa de Baleares que esconde un pasado militar secreto

Después de la Guerra Civil se construyó una red defensiva costera constituida por 150 búnkeres repartidos entre Mallorca. Se bautizó como 'Línea Tamarit' en honor a un general de la época

La playa de Baleares que esconde un pasado militar secreto
La playa de Baleares que esconde un pasado militar secretoiStock

En plena costa virgen de Es Trenc, uno de los últimos paraísos vírgenes de Mallorca, se alzan estructuras que contrastan con su belleza: antiguos 'nidos de ametralladoras' -búnkeres construidos durante la plenitud del régimen franquista- que hoy emergen, erosionados por el tiempo, con una historia oscura y poco conocida.

Durante los años inmediatamente posteriores a la Guerra Civil (1939–1945), bajo la dirección del general Ricardo Fernández de Tamarit, se organizó la llamada “Línea Tamarit”, una red defensiva costera con más de 150 búnkeres repartidos entre Mallorca.

Las obras se realizaron en su mayoría entre 1940 y 1942, respondiendo al temor de un posible desembarco aliado en las islas durante la Segunda Guerra Mundial.

Construidos por presos políticos

Los búnkeres fueron edificados por presos políticos y republicanos encarcelados en campos de concentración localizados en Mallorca -como Can Farineta, Son Morey o Coves Blanques- que trabajaban bajo condiciones extremas. Aunque nunca se usaron en combate, su construcción dejó una huella imborrable en el paisaje y la memoria histórica insular.

Uno de los testimonios más visibles se encuentra en Es Trenc. Allí, cercanos al agua, varios nidos de ametralladoras enlucen un fragmento de historia olvidada. Algunos están semienterrados entre las dunas, otros ya expuestos por la erosión.

Muchos de estos búnkeres están diseñados para colocar ametralladoras, con troneras que apuntaban al mar, aunque eran estructuras modestas de hormigón y ladrillo sin mayor funcionalidad que la de advertencia.

Reconversión de los búnkeres

La historia de estos edificios bélicos ha sido ignorada durante décadas, pero desde hace unos años hay movimientos para preservarlos y reinterpretarlos culturalmente. En 2002, Costas anunció la conversión de varios búnkeres en miradores o elementos de reforzamiento para las dunas, en marco de la restauración de la playa.

En 2014, el colectivo artístico madrileño Boa Mistura transformó algunos búnkeres de Es Trenc en lienzos poéticos, pintando versos de Miquel Costa i Llobera en sus muros.

Uno de los búnkers reinterpretados por el colectivo artístico madrileño
Uno de los búnkers reinterpretados por el colectivo artístico madrileñoGoogle Maps

Un pasado borrado

Sin embargo, estas intervenciones suscitan debates. La historiadora Maria Eugènia Jaume asegura que, si bien los búnkeres ahora se han convertido en reclamo turístico, nadie recuerda las condiciones de sometimiento y trabajo forzado en su construcción: “Si se pensara en el sentido de estas construcciones militares, se entendería que el mensaje no es tan bonito”, ha dicho en testimonios recogidos por la prensa local.

El valor de estos restos militares va más allá de su estética: son testigos del pasado autoritario y un patrimonio frágil que enfrenta amenazas constantes. Actos vandálicos han estampado pintadas negacionistas o grafitis sobre sus paredes, dañando tanto la estructura como la memoria colectiva.

Un punto clave de la arqueología franquista

Con más de 150 búnkeres en Mallorca -algunos proyectados para la costa norte, otros para puntos estratégicos-, la Línea Tamarit constituye un capítulo clave de la arqueología del franquismo. Hoy muchos están en zonas de alto valor ecológico, lo que obliga a equilibrar conservación histórica con protección ambiental.

En el caso de Es Trenc, declarado Parque Natural en 2017, sus búnkeres representan una confluencia única: mar, arena, obra militar y memoria. La belleza del entorno y la fragilidad histórica convierten este enclave en un oasis de reflexión sobre la memoria, el paisaje y la responsabilidad de custodiar un pasado incómodo.