Crítica de cine
Bastaba un cambio de sedal
Dirección: Carlos Sorín. Guión: C. Sorín. Intérpretes: Alejandro Awada, Vicky Almieda, Óscar Ayala, Diego Caballero. Argentina, 2012. Duración: 80 minutos. Drama.
La Patagonia parece el fin del mundo, un mundo donde hace siempre demasiado viento, donde vive muy poca gente como esparcida a lo loco en el enorme territorio, un lugar inhóspito de tierra amarilla y cinematográfica. A ella regresa Carlos Sorín para mostrar el camino de salvación elegido por un pobre ex alcohólico que decide viajar hasta ese lugar extraño para cazar tiburones y olvidar de una vez la bebida, aunque, en realidad, lo que busca es ver de nuevo a su hija, que vive en la Patagonia desde hace años y con quien el vínculo está roto desde hace ya demasiado tiempo. La película de Sorín se trata de una nueva «historia mínima» contada desde la comprensión y el apego hacia estos personajes humildes, desubicados, procedentes de una familia tan dispersa y carente de calor como esa Patagonia que acoge y da un mayor sentido incluso al filme. Los actores, al igual que el propio Sorín, saben la manera de insuflar verdad y peso a estos hombres y mujeres en busca del perdón. Con gestos y detalles pequeños, casi naderías, pero siempre está ocurriendo algo en el corazón humano, y, más tarde o temprano, casi todos podemos encontrar la paz aunque sea en una barcaza y con un sedal inútil. Quizá sólo hacía falta cambiarlo por el adecuado.
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