Represión en Venezuela

Venezuela: el control social como herramienta de intimidación

Venezuela: el control social como herramienta de intimidación
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La comunidad internacional ya no se pregunta cómo el régimen de Nicolás Maduro gana elecciones porque sabe de sobra que en Venezuela no hay separación de poderes, sólo el Parlamento está en manos de la oposición y la dictadura a través del poder judicial, del poder electoral y de una Asamblea Nacional Constituyente ilegítima lo han anulado, a nivel interno. Sin embargo, muchos dirigentes internacionales y la sociedad civil, como la española, por ejemplo, se preguntan ¿por qué hay gente que todavía vota por el chavismo, cuando tiene a niños y ancianos comiendo de la basura?.

La respuesta es sencilla: a través de un férreo control social; pero su explicación es mucho más compleja.

Me cuenta un querido amigo que hace más de 5 años solicitó su pensión de vejez -que le correspondía- a la Seguridad Social y en su momento se la negaron porque le faltaban algunas cotizaciones, cuando fue al banco a reclamar, en el sistema aparecía que no estaba activada por falta de algunos pagos, de modo que abonó las cuotas faltantes pero no obtuvo respuesta, hasta ayer (a un mes de las elecciones presidenciales) que recibe el siguiente mensaje de texto: “Felicitaciones, su solicitud de Pensión ha sido Aprobada por el presidente Nicolás Maduro. Con el carnet de la patria más Revolución”.

Las pensiones no deben ser aprobadas por el presidente de la República, son un derecho que tienen los trabajadores cuando se jubilan, tampoco está en la Constitución que los venezolanos deben sacar ‘el carnet de la patria’ para recibirla. De esta forma, el régimen lo que intenta es tener un poder absoluto sobre los ciudadanos.

El ‘carnet de la patria’, lo emiten unas instancias comunitarias creadas por Nicolás Maduro. Sin ese documento los adultos mayores no puedan acceder al sistema de seguridad social, los jóvenes no se benefician del plan de trabajo juvenil, la población en general no puede comprar comida, no tiene acceso a la salud y no puede votar.

No son muchos quienes pueden rebelarse ante semejante chantaje, recordemos que más del 80% de la población vive en pobreza extrema, hay una crisis humanitaria sin precedentes en el país; además de la inflación galopante que, según expertos, este año superará la barrera del 20.000%.

Un sistema aberrante: las bolsas CLAP

La caja (de comida) del Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP) con 29 productos -empaquetados en Panamá e importados de México y Costa Rica-, que únicamente se obtiene una vez al mes y a través del ‘carnet de la patria’ le cuesta al Gobierno aproximadamente 16$, pero es vendida en el país con un sobreprecio de más de 1.000 dólares.

Sin muchos filtros esto es una cartilla de racionamiento al mejor estilo cubano, con la pequeña diferencia de que el enriquecimiento que se llevan a cabo los altos jerarcas del gobierno es un remanente de 1.000$ por caja. Al chavismo no le basta con enriquecerse con el narcotráfico y el petróleo sino que tener una mafia a costa del hambre del venezolano es su mayor logro. La sanción más cruel que tiene Venezuela, hoy en día, es padecer el régimen de Nicolás Maduro.

Los ciudadanos durante 20 años de un proceso sistemático y continuado nos hemos convertido en víctimas y verdugos de nosotros mismos. Muchos venezolanos votan por un régimen que reprime y mercadea con sus necesidades más primitivas, pero si no lo hacen mueren o se exilian, ninguna de las opciones es deseada. La trampa del régimen es tan perversa que solo da a elegir entre lo malo (patria), lo peor (socialismo) o la muerte.