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Los numerosos beneficios para los niños de tener perro

Los numerosos beneficios para los niños de tener perro
Los numerosos beneficios para los niños de tener perrolarazon

Creo que todos sabemos, o al menos intuimos, que tener una mascota tiene muchos beneficios para los niños. Las posibilidades son muchas y de lo más variopintas: pasando por los más habituales perros y gatos hasta peces, pájaros, conejos, hamsters... y otras rarezas como cerditos enanos o reptiles varios.

Pero... mejor centrémonos en los perros, que son los más “típicos”. ¿Por qué son tan beneficiosos? ¿Qué aportan? ¿Influyen en todos los niños por igual?

El primer elemento que los perros aportan a la familia y en concreto a los niños (para eso debemos esforzarnos en que ellos sean parte activa del día a día, no hacerlo todo los padres) es el incremento notable del sentido de la responsabilidad. Ahora son ellos los que se tienen que encargar de algunos cuidados como el darles de comer, sacarles a la calle a hacer sus necesidades, recogerlas (aquí el sentido de la responsabilidad cívica también se potencia: el perro y lo que éste haga es responsabilidad suya), bañarle, peinarle, jugar con él... En definitiva cuidarlo y protegerlo.

Por otro lado el amor incondicional de un perro hacia su amo crea un vínculo muy fuerte que potencia la autoestima del niño, que se siente querido y valorado. Además le ayuda a ver esas demostraciones de amor y de protección mutua con naturalidad, de forma que expresar sus sentimientos se le hace también más fácil. Por eso, y aunque en todos los niños pueden tener el mismo efecto, los beneficios son mucho más notables en niños tímidos, retraídos o incluso autistas.

Estudios científicos avalan además que disminuye el riesgo de depresión, el estrés, la ansiedad... el simple abrazo a un perro o acariciarle regula la presión arterial y el ritmo cardíaco.

Parece obvio que además tener un perro aleja al niño del sedentarismo y la obesidad infantil. El perro necesita pasear, jugar, correr... son necesidades que obligan a su amo a estar en movimiento.

El perro se convierte en el amigo fiel del niño, y le enseña a éste a compartir, a convivir. Esa relación le ayuda a aplicar esas nuevas habilidades sociales en entornos como la familia, los amigos o los compañeros del colegio. Coincidir en los parques por ejemplo con otros niños con perros fomenta también el conocer más gente, abrirse a otras personas y hacer nuevas amistades.

Por eso podemos concluir que tener un perro es muy beneficioso para los niños. Pero ojo, si vamos a adoptar a un perro hay que hacerlo de forma responsable. Los perros necesitan tiempo y necesitan cierta inversión económica para mantenerse sanos y felices. Hay que ser consciente de todo ello y ver si es compatible con nuestra realidad en el día a día antes de llevar un perro a casa.