La investidura de Rajoy

Coacción a la democracia

Coacción a la democracia
Coacción a la democracialarazon

Por Luis Lorente

Ayer se celebró la sesión de investidura conforme a lo establecido en el artículo 99 de la Constitución. Y conviene hacer un poco de pedagogía democrática ante las actitudes y acciones que algunos han ido desarrollando en los últimos días. Me refiero a las distintasmanifestaciones de “rodea el congreso”, o afirmar que el gobierno es un gobierno ilegítimo.

El 26 de junio los españoles votaron. Este Congreso de los Diputados representa como mínimo a 24.279.259 españoles que nos acercamos a votar, independientemente de la opción política que votásemos. Y los resultados fueron los que fueron. Por lo tanto rodear el Congreso, es rodear a la sede de la soberanía nacional.Y rodear a los españoles que votaron. Es más, es rodearme a mí. No me gusta el PP, y me parece estupendo que se manifieste el que quiera, es un derecho fundamental. Pero lo que no me parece bien es que se lancen mensajes pervirtiendo el lenguaje. Voy a poner un ejemplo para que se entienda: ¿sería aceptable que si el Congreso aprueba una proposición de ley que derogue la “Ley Mordaza”, el PP (o cualquier otro) convocase a sus fieles a ir a rodear el Congreso, amedrentar a los diputados que saliesen de ahí, y decir que esa decisión no es legítima?. A que no. Es un precedente muy peligroso que se aliente ir a amedrentar porque no ganan los míos. Los que hablan de golpe de estado, lo que están es insultando a aquellos que sí que sufrieron un verdadero golpe de estado, ese sí, fascista, en 1936.

Otro ejemplo es lo sucedido con Felipe González. Que un grupo de personas, encapuchadas impida por la fuerza que pueda llevarse a cabo una conferencia, y así evitar que alguien se exprese. Quitando la cobardía que es ir encapuchado, lo que demuestra es, en el fondo mucho miedo a la discusión. Lo democrático es dejar que se exprese y cuando acabe su intervención, levantar la mano y se le dice todo lo que uno considere oportuno. Se abre un debate, y se confrontan los argumentos.

Quizás algunos de los que decían que hay que rodear el Congreso, o que directamente no hace falta un Congreso, o que Felipe González no puede ir a hablar a la universidad pública; quizás algunos de esos se sientan muy representados por lo que decía el fascista Mussolini: “nosotros rechazamos el dogma democrático de que se deba proceder eternamente por sermones y prédicas de naturaleza más o menos moral. En un momento determinado es menester que la disciplina se exprese en la forma y bajo el aspecto de un acto de fuerza y de imperio... la violencia es a veces moral

Quiero acabar con un comentario: reconociendo a los más de 1.000 alumnos de la UAM que han firmado un manifiesto condenando lo ocurrido y afirmando que quienes no tienen cabida en la universidad democrática, son los violentos. Esos ponen su nombre, apellidos y DNI y no van encapuchados.