Elecciones Galicia
De ‘la gente’ a ‘el enemigo’
Por Carlos Navarro Ahicart
Los resultados en las elecciones autonómicas de Galicia y País Vasco este domingo han encendido la mecha de la izquierda rancia en las redes sociales. Como ya pasó en las últimas dos elecciones generales, los rabiosos machacas del radicalismo español han soltado toda su bilis contra tantos millones de ciudadanos que no votaron lo que ellos pensaban que debían votar. Y, sí: hablo de Podemos y confluencias.
Una nueva mayoría absoluta de Feijóo muy por encima de la segunda fuerza política, En Marea, se explicaba a través de Twitter como un evidente pucherazo del Partido Popular y una medieval mentalidad de los gallegos. En absoluto puede deberse a que los gallegos estén satisfechos con el gobierno del PP, ni a que teman que sus vidas empeoren -como cabría esperar- con un gobierno Frankenstein entre las izquierdas de la comunidad autónoma.
Algo similar en el País Vasco. La victoria de la derecha nacionalista del PNV frente a Bildu y Podemos ha provocado verdaderos sarpullidos en la moral de la izquierda radical.No son capaces de aceptar que esos a los que ellos llaman “la gente” hayan optado por una opción antagónica a la suya. De hecho, ya vamos viendo cómo “la gente” ha pasado de convertirse en un término que aglutinaba a todos los españoles a un selecto club de personas afines a Podemos y su proyecto.
Se trata del claro reflejo de su sistema caduco: o estás conmigo, o eres mi enemigo. El mismo principio sobre el que se fundamentaron las purgas estalinistas en la Unión Soviética, que eliminaban a los díscolos y premiaban a los fieles al movimiento. Se puede vislumbrar más aún esta dinámica dentro del partido morado: las tensiones entre sus dos líderes naturales, Iglesias y Errejón, son cada vez más evidentes, y ambos animales políticos mueven sus hilos a lo largo y ancho del país para disputarse el liderazgo de “el cambio”. Brillante desde la perspectiva maquiavélica de la política; preocupante si llegan al poder.
Deputado de @En_Marea. E aínda se preguntan por que o pobo non lles vota. Galicia non atura a soberbia. pic.twitter.com/LTUF7lgYSB
Uno debe asustarse porque es evidente que no es más que una repetición de la propia historia. Todo empieza así, con la guerra interna por el control, y sigue con el ascenso al poder y la aplicación de su teoría en el plano real. Y esto es peligroso porque, como decía Tocqueville, el socialismo “no destruye las voluntades, pero las ablanda, las somete y dirige; no destruye, pero impide crear; no tiraniza, pero oprime; mortifica, embrutece, extingue, debilita y reduce a cada nación a un rebaño de animales tímidos e industriosos, cuyo pastor es el gobernante”. Es decir, que el socialismo se infiltra elegantemente en la mentalidad de las personas por medio de discurso barato, populista y fácil, convenciendo a millones de que sus postulados son ciertos e irrefutables -a pesar de que han sido refutados en infinidad de ocasiones por la propia lógica del mercado- para, posteriormente, utilizando a sus ciegos seguidores, someter todo lo que reste a su voluntad.
Así que, si usted es un lector con una visión más amplia de la realidad que la visión túnel propia de la izquierda, lea atentamente: cuando le digan que es usted un iletrado, un fascista, que no sabe votar o que está controlado por vaya usted a saber qué burguesía, siéntase orgulloso. Es usted de esa mayoría silenciosa que piensa por sí misma.
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