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¿Fuera empresas de la Universidad?

¿Fuera empresas de la Universidad?
¿Fuera empresas de la Universidad?larazon

Por David Muñoz Lagarejos

Es habitual encontrar pancartas colgadas de fachadas de universidades españolas. El lema, casi siempre el mismo: “fuera empresas de la Universidad”; dicho lema insiste en la necesidad, según dicen los colectivos afines a esta protesta, siempre anticapitalistas, de una educación enfocada a una economía social y no a los mercados.

Estamos ante un doble fallo de definición. Lo que llaman “economía social” no es más que vivir del sistema, vivir del Estado, de lo público, a base de enchufes o subvenciones, es decir, como auténticos parásitos de la sociedad. Una economía social es aquella que hace prosperar a una sociedad, en armonía y cooperación humana. Precisamente algo que no ha conseguido ninguno de los sistemas económicos anticapitalistas en las variedades de aplicación a lo largo de los últimos 200 años. Como demuestra la historia, la economía de mercado es la única que ha conseguido hacer prosperar a las sociedades donde se ha aplicado, mal que les pese a algunos.

Otro fallo de definición lo encontramos en “mercado”. Cualquier postura anticapitalista suele definir el mercado como el ámbito en el que se mueven los especuladores, las fuerzas que hacen que los ricos sean más ricos mientras los pobres siguen empobreciéndose. Nada de lo que ocurre en realidad. El mercado somos tú y yo. Somos cada uno de nosotros. Rechazar la economía de libre mercado es querer vivir bajo cadenas, encadenados por el ente que controle la economía, llámese Estado, Banco Central, o como quieran. Y eso de social no tiene nada. Se evita cualquier incentivo al progreso y al desarrollo social.

Si queremos una sociedad que prospere, una economía social, no solo no que hay echar a las empresas de la Universidad, sino que necesitamos más cooperación entre empresas y centros universitarios. Las empresas, al fin y al cabo, son las que demandan trabajo, y deben ser un tentáculo de las universidades, para formar a los alumnos de cara a un mejor trabajo, y aprendizaje que de verdad sirva para el día de mañana (mejorar la oferta de trabajo en consonancia con lo que se demanda).

Todo ello, por supuesto, bajo un modelo de libre enseñanza y competencia entre universidades. Aquellos que quieran su economía antisocial disfrazada de economía social, que acudan a una universidad alejada de la realidad. El día de mañana, quiénes tendrían salarios más altos, mejores condiciones laborales y, en definitiva, mejor capital humano, ¿universidades que ignoran a las empresas o las que cuentan con ellas de cara a la formación de los alumnos? No tengo ninguna duda, las empresas son necesarias en el ámbito universitario para que el día de mañana disfrutemos de una sociedad mejor preparada.