Más allá de las autonómicas

El próximo jueves 21 de diciembre tendrán lugar unas nuevas elecciones autonómicas en Cataluña, con el precedente del referéndum ilegal del 1 de octubre, y los actos posteriores de proclamación de República independiente, la aplicación del artículo 155 de la Constitución, la entrada en prisión de varios exconsejeros y la huida de otros consejeros junto a Puigdemont a la capital de Bélgica.

No son unas elecciones más, es verdad, pero creo que no va a cambiar mucho la actual situación. Por dos motivos principales.

El primero de ellos tiene que ver con la estrategia independentista, de ir con candidaturas separadas (Junts per Catalunya, ERC y la CUP), pero con el mismo objetivo: ganar en votos y escaños, algo que no ocurrió el 27S, donde solo ganaron en escaños. Unas elecciones en las que aceptan implícitamente que siguen siendo parte de España (fuera de su presupuesto público se vive algo peor, ¿verdad?), echando por tierra todas las celebraciones por la proclamación de la República independiente. Si ganan, seguirán con la estrategia independentista, y seguramente tendremos sobre la mesa otro órdago contra la Constitución y el orden judicial, del que responderá el Tribunal Constitucional, como siempre.

El segundo motivo es la falta de sentido del PSC, que se negaría, en principio, a facilitar una potencial investidura de la candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas. Con estas pataletas se demuestra que algunos están en política para no mirar más allá de ellos, aunque eso facilite un gobierno independentista. No sorprendería, pues muchas alcaldías catalanas siguen en manos de independentistas por culpa del propio PSC. Y algunos siguen poniéndolos en la categoría “constitucionalista”.

Así las cosas, las próximas elecciones se decidirán por pocos escaños, como muestran todas las encuestas electorales. Pero con una nueva mayoría en escaños de los partidos independentistas, todo seguirá igual. Si para esa mayoría necesitan a Podemos, se diluye un poco la hoja de ruta, pero no pueden dar respuesta a la proposición de los de Iglesias de un referéndum pactado, puesto que seguiría chocando con la Constitución.

Más allá de las autonómicas, solo un gobierno encabezado por Ciudadanos devolvería un poco de cordura a la actual situación. Un gobierno muy poco probable por el comportamiento del PSC. Vía libre a los independentistas, de nuevo. Vía libre a la oferta de destrucción de la democracia y la libertad en Cataluña (los poderes contramayoritarios volverían a frenarlo). Vía libre al populismo nacionalista (cuyas consecuencias llevamos viendo muchos años).