Asamblea de Madrid
La Amenaza Fantasma de las Neuronas Mutantes
La noticia de la celebración en Madrid de un festival de cine cutre -CutreCon- me ha hecho pensar que algunos de los episodios que he presenciado en la vida política podrían servir para un guión cinematográfico que, convertido en película, triunfaría en su próxima edición.
¿Cómo es posible que algo tan serio y digno como es la actividad parlamentaria pueda generar episodios merecedores de una película de esa naturaleza? La respuesta es clara: en los últimos tiempos han llegado a las instituciones algunas personas, de la mano de varias formaciones políticas, con conocimientos endebles, ideología cambiante, posiciones radicales y, en los peores casos, ausencia de escrúpulos para alcanzar a toda costa sus objetivos. Esta explosiva combinación ha generado actores que han protagonizado episodios ridículos, surrealistas y, en ocasiones, oníricos, que hacen un flaco favor a una labor que sólo debería estar centrada en el servicio a los ciudadanos.
No soy experto en la filmografía de los antifestivales, pero intuyo que unos protagonistas sólidos de ese género cinematográfico deben ser los mutantes, seres cambiantes y misteriosos. Por eso, podría contar en mi guión las mutaciones que se han producido durante las dos últimas semanas en la opinión del Tripartito de oposición de la Asamblea de Madrid, con el inestimable protagonismo de Ciudadanos. Primero decidieron que en la sesión de la Comisión de Investigación del 2 de febrero debía abordarse el asunto del Campo de Golf del Canal de Isabel II. Poco después pusieron todo su empeño en que lo que debería tratarse era el retraso en el envío de información a esa Comisión. Inmediatamente, Ciudadanos mutó en naranja planteando que lo fundamental era hablar sobre la compra de Emissao. No acaba aquí el culebrón, después de un contundente auto judicial, que da completamente la razón al Gobierno de la Comunidad de Madrid, el Tripartito decide que no haya sesión de la Comisión de Investigación el traído y llevado 2 de febrero.
Mientras esto sucedía, Ciudadanos mutaba su criterio en un asunto muy serio que ha impactado en la opinión pública española a raíz de crímenes especialmente terribles: la prisión permanente revisable. Así, hemos podido escuchar a Albert Rivera diciendo en la COPE que “la prisión permanente revisable nos parece algo absolutamente legítimo... no vamos a apoyar esa derogación”. Pero lo cierto es que el 24 de febrero de 2016 firmó con Pedro Sánchez un documento en el que se establecía “la derogación inmediata de la prisión permanente revisable”. Luego, el 5 de abril de 2016, Ciudadanos afirmó en el Congreso que dudaba de la utilidad de la prisión permanente revisable y de su constitucionalidad; por esa causa, se abstuvo dejando vía libre a su derogación. Ahora, presentan un texto alternativo donde quieren endurecer la regulación de esa pena. ¿En qué quedamos señores de Ciudadanos? ¿Hay que derogarla inmediatamente o endurecerla?
Estoy convencido de que para mutar de esta forma, sin que se te caiga la cara de vergüenza, hay que ser un gran “fantasma” y, por eso, voy a incluir en mi guión a esos espíritus con la intención de dar un aroma de ultratumba a su esperpéntico argumento.
Está claro que para optar a un premio Óscar hay que tirar la casa por la ventana y reunir un reparto excepcional. Aplicando esta idea, considero que otros protagonistas de relumbrón serían las neuronas, ese componente casi mágico del cerebro humano. Hablando de ellas, hemos padecido en la Asamblea de Madrid una Comisión de Investigación que ha absorbido todos los impulsos cerebrales de los grupos opositores, especialmente, los de Ciudadanos; mientras olvidaban de manera completa los asuntos que son importantes para los madrileños: la sanidad, la educación, los servicios sociales, las inversiones, etc.
Por supuesto que un parlamento puede y debe revisar cualquier actuación del pasado que pudiera ser negativa para el interés público, pero es penoso que haya grupos que fundamenten en la revisión histórica su estrategia política. Y lo peor es que haya personajes que desperdicien todas sus células neuronales en mentiras y falsedades, con tal de perjudicar o linchar a un rival político de honestidad acreditada. Esto ha sido una constante durante la andadura de la Comisión de Investigación, presidida por Ciudadanos. Afortunadamente, no han conseguido sus ruines objetivos porque “la verdad gana y sus mentiras pierden”.
Podría contar muchísimas más anécdotas, en dos años y medio han sido infinitas, pero el lector comprenderá que debo reservarlas para el guión de la película, porque si las cuento todas ahora reduciría el interés y el éxito en taquilla de esa inminente gran producción del Séptimo Arte. Lo que sí puedo adelantar es que su título será deliciosamente cutre “LA AMENAZA FANTASMA DE LAS NEURONAS MUTANTES”.
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