Salud
Vigila tu posición, y cuida tu espalda
Seguramente esta semana muchos se hayan incorporado a sus puestos de trabajo tras unas más que merecidas vacaciones. Y también habrá otros muchos que estarán todavía disfrutando de ellas, en una posición mucho más relajada que la que habitualmente tienen en su día a día laboral. En estas semanas se suceden los consejos para prevenir el estrés postvacacional, adecuar los patrones de sueño para ir acostumbrándose de nuevo a los madrugones, etc. Pero también es un buen momento para educar a nuestra espalda para evitar dolores derivados de esfuerzos extemporáneos, posturas forzadas, traumatismos repetitivos, o las vibraciones de baja frecuencia (como las que generan los vehículos industriales).
Además, si la fatiga física es un factor desencadenante de dolor, “la fatiga mental, la monotonía y la desmotivación por falta de expectativas o por un inadecuado ambiente de trabajo por conflictividad, también son factores de riesgo de dolor lumbar que facilitaría una menor atención a la salud dentro y fuera del entorno laboral”, apunta el Dr. Alfonso Vidal, jefe de Servicio de Anestesia y coordinador de la Unidad del Dolor del Hospital Quirónsalud Sur en Alcorcón (Madrid).
La mejor manera de prevenir el dolor relacionado con el trabajo consiste en una adecuada concienciación del trabajador, para que evite los esfuerzos inadecuados y se proteja cuando sea necesario, aunque una selección correcta de las personas para cada puesto puede evitar también parte de los problemas.
“También la ergonomía se encarga del diseño del entorno del puesto de trabajo, de la sistemática en el desempeño de las tareas, de las herramientas, material y equipo, muebles, iluminación y enseres necesarios para la actividad”, defiende este experto.
Por último, la ergonomía estudia actividades, o ejercicios complementarios a la actividad que permitan reequilibrar a los trabajadores, estiramientos, dosificación del esfuerzo, etc., útiles para evitar lesiones severas.
Recomendaciones según el puesto de trabajo
Si el trabajo es sentado, se debe mantener la espalda recta, con la mesa a la altura de los codos, adecuando la silla y su altura al tipo de actividad, con un apoyo lumbar adecuado. Los objetos para el trabajo deben estar al alcance de la mano para evitar sobresfuerzos cada vez que los necesitemos, debemos mantener una distancia suficiente a pantallas (70-80 cm) y tanto rodillas como codos deben estar cómodos formando ángulos rectos en las posiciones de trabajo, debemos cambiar de postura cada cierto tiempo evitando pasar más de dos horas sentados sin levantarnos, al menos, a estirar las piernas.
En cambio, cuando el trabajo exige pasar horas de pie se debe evitar una postura única, alternando la carga en ambos miembros inferiores o usando algún tipo de escalón o reposapiés.
“Si debemos elevar objetos debemos emplear la flexión de las rodillas y no la der la espalda, debemos equilibrar la carga entre ambos lados o miembros y evitar la torsión del tronco en los esfuerzos y no levantar los pesos por encima de la cabeza”, explica el Dr. Vidal.
Si a estas recomendaciones les acompañamos ejercicios de movilización completa de la columna vertebral, estiramiento de músculos paravertebrales y glúteos y de flexo-extensión de los miembros de una forma suave podemos mejorar nuestra condición física y nuestra tolerancia a los esfuerzos.
Estos consejos están pensados para el entorno laboral pero son generalizables a todos los entornos y también a todas las edades, avisa el experto de Hospital Quirónsalud Sur. En gran medida la patología lumbar se origina en la consolidación de unos hábitos erróneos desde la infancia convirtiendo en pacientes futuros a los niños por no adecuar sus hábitos a una correcta higiene postural. Así que ya sabéis, al árbol desde pequeño.
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