Ruedas pelig.rosas
Dicho y hecho
La Vía Verde del Tajuña, en Madrid, es un tranquilo paseo que discurre por el antiguo trazado del ferrocarril desde Arganda hasta Ambite. En su tramo hasta Morata de Tajuña es accesible sin apenas dificultad para usuarios de silla de ruedas, a excepción de una leve pendiente continua que nos hace llegar al área de descanso con un tono rojizo en nuestras mejillas.
En este área hay una zona para dejar las bicicletas y unas mesas con bancos para disfrutar de una comida al aire libre. Hace unos días la recorrimos en bici y en handbike en compañía de representantes de la Fundación Ferrocarriles Españoles, entidad que coordina el Programa Vías Verdes, programa que transforma antiguos trazados de ferrocarril en espacios naturales de paseo y disfrute para todos: las denominadas vías verdes.
Tras realizar los aproximadamente 12 kilómetros que hay hasta el área de descanso, cuál fue la sorpresa de todos cuando al llegar vimos que no era posible acceder a dicha área en silla de ruedas, ya que existía un escalón lateral de unos 20 centímetros y un desnivel de tierra tipo terraplén del que nadie se había percatado.
Como es normal, no tardamos en trasladar a los responsables del mantenimiento de la vía que una simple actuación de una pequeña rampa de relleno facilitaría el uso por todos de esta infraestructura de recreo.
Y realmente fue dicho y hecho. En menos de diez días ya hay una rampa en el lugar y ni rastro de ese pequeño terraplén que obligaba a los usuarios de silla de ruedas a quedarse separados del resto.
Una vez más, la sensibilidad de unas personas, en este caso de Ferrocarriles Españoles, impulsa la normalización de todos en la sociedad. Gracias Belén de Diego.
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