
Restaurante
Descubre el restaurante más alucinante de España: pasadizos secretos y comida en las entrañas de la Tierra
El lugar no solo es impactante por su estética natural, sino también por su historia

Si alguna vez dijiste “me apetece comer algo diferente”, pero no sabías lo que eso realmente implicaba, es hora de redefinir el concepto. Imagina atravesar pasadizos secretos de lava solidificada, caminar entre túneles volcánicos y acabar sentado en una terraza con vistas que nunca habrías podido imaginar que exitían. No es una fantasía de ciencia ficción, es Lagomar, un restaurante incrustado en un antiguo cráter en Lanzarote.
Ubicado en el discreto pueblo de Nazaret, fuera del radar del turismo exprés, Lagomar es un oasis de pura piedra volcánica. El lugar no solo es impactante por su estética natural, sino también por su historia: el diseño original se atribuye nada menos que al artista lanzaroteño César Manrique, que supo domar la lava para convertirla en arte habitable. Pasarelas de madera, jardines a diferentes alturas, y cuevas donde el sol apenas se atreve a entrar, forman un recorrido donde cada rincón susurra secretos geológicos.
Comer como los dioses del magma
Pero no todo es foto por aquí y por allá. Aquí también se viene a comer, y muy bien. La cocina de Lagomar apuesta por el producto local, los sabores de siempre y ese toque moderno. No hay trampa ni cartón: solo buena materia prima y respeto por la tradición canaria.
Entre los platos estrella:
Papas arrugadas con mojo
Queso frito del chef (ojo, viene con sorpresa)
Bruschetta con paté de tomate y queso curado de la isla
Pescado fresco del día (puede tocarte atún de Lanzarote, salmón con whisky canario o bacalao con langostinos)
Postre “a la inspiración del chef”: un misterio dulce que vale cada euro (literalmente, porque no tiene precio fijo)
¿Es caro? Depende de con qué lo compares. No es comida rápida, pero tampoco un atraco gourmet. Y teniendo en cuenta que comes dentro de un volcán, el coste psicológico de volver al tupper del lunes compensa.
Mucho más que una comida
Lo de Lagomar no es solo ir a comer, es una experiencia en toda regla. Los ciudadanos que lo visitan pasean entre laberintos de piedra, descubren miradores ocultos y se topan con rincones que harían suspirar a Instagram. Y cuando el sol empieza a esconderse tras las colinas volcánicas, se abre el segundo acto: el cocktail bar, otro refugio subterráneo donde los mojitos, gin-tonics y caipirinhas conviven con buena música. Abre de 18:00 a 00:00 horas y es uno de esos sitios donde el tiempo parece derretirse como queso de cabra sobre gofio.
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