Naturaleza

Esta cascada de Canarias cambia de color cuando llueve y es imprescindible visitarla en invierno

Escapa del turismo masivo y descubre este lugar oculto que te invita a disfrutar de la naturaleza más salvaje

Esta cascada de Canarias cambia de color cuando llueve y es imprescindible visitarla en invierno
Esta cascada de Canarias cambia de color cuando llueve y es imprescindible visitarla en inviernoCanarias Islas Afortunadas

En el alma de Gran Canaria, alejado del bullicio y del turismo masivo, se encuentra un rincón donde la naturaleza se revela en su forma más pura y mágica.

Una cascada escondida, que cobra vida y se transforma con las lluvias, se erige como un destino imprescindible para quienes desean sumergirse en los paisajes más auténticos y vírgenes de las islas.

Así es la cascada que cambia de color

Enclavado en el pintoresco municipio de Agaete, el pequeño caserío de El Risco guarda algunos de los secretos más bien protegidos de Gran Canaria. Con tan solo 300 habitantes, este tranquilo pueblo ofrece una acogida cálida y genuina, donde sus estrechas calles invitan a perderse, y las montañas circundantes albergan maravillas naturales que parecen sacadas de un sueño.

El Charco Azul, una piscina natural flanqueada por una cascada, es el gran tesoro que culmina una ruta que comienza en este pintoresco rincón. Sin embargo, El Risco es mucho más que un simple punto de paso: se trata de un destino perfecto para quienes buscan desconectar del bullicio y sumergirse en una experiencia auténtica y tranquila, lejos de las rutas turísticas más concurridas.

La ruta del agua

El sendero que conduce al Charco Azul se extiende por tres kilómetros de pura naturaleza, ascendiendo por un barranco que parece transformarse a cada paso. A lo largo del recorrido, los viajeros se ven rodeados por un paisaje cambiante, con campos agrícolas, palmerales y arroyos que adornan las laderas, mientras el susurro del agua acompaña cada paso.

Al llegar al final del camino, el Charco Azul recompensa a los excursionistas con su cautivadora agua turquesa, acompañada por una cascada que cobra vida con las lluvias. Muchos se rinden ante la tentación de un baño revitalizante antes de emprender el regreso, con la mente llena de las imágenes del paisaje.

Consejos para disfrutar de la experiencia

El periodo ideal para visitar el Charco Azul se extiende entre enero y mayo, cuando las lluvias alimentan la piscina natural y las temperaturas son más agradables. Durante los meses de verano, es esencial llevar abundante agua y tener en cuenta que el baño solo es seguro cuando el caudal del agua es suficiente.

Antes de finalizar la ruta, recuerda levantar la vista: las vistas panorámicas de los pinares y las nubes que cubren las laderas ofrecen una estampa inolvidable.

Guayedra: un paraíso escondido

A un corto trayecto de El Risco se encuentra Guayedra, un refugio natural de indescriptible belleza. Este enclave destaca no solo por su riqueza geológica, sino también por su flora autóctona y su valioso patrimonio arqueológico.

La playa nudista de Guayedra, con su arena negra volcánica y el dramático paisaje de acantilados que la rodean, crea una atmósfera única. Desde este paraje, la vista del Teide, en la vecina isla de Tenerife, enriquece el horizonte, especialmente durante las mágicas puestas de sol que convierten este rincón en un espectáculo para los sentidos.

Un rincón de paz

Tanto el Charco Azul como sus alrededores, incluido Guayedra, son un refugio para quienes buscan una experiencia auténtica en Gran Canaria. Lejos de las rutas turísticas tradicionales, este rincón de la isla invita a conectarse con la naturaleza en su forma más pura, ofreciendo una experiencia enriquecedora y profundamente purificadora.