Migración
Renace la esperanza en el Sáhara: la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen reabre sus puertas a migrantes
En el corazón de Dajla, una iglesia española redescubre su misión, brindando consuelo y asistencia a miles de migrantes que buscan un futuro mejor en Europa
En la ciudad de Dajla, situada en el extremo sur del Sáhara Occidental, la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen ha vuelto a ser un faro de esperanza para los migrantes subsaharianos que buscan llegar a las Islas Canarias. Este pequeño templo, cerrado intermitentemente durante décadas, reabrió sus puertas hace dos años para atender a una creciente comunidad de migrantes, reviviendo así su propósito original.
Una historia de fe y resiliencia de la Iglesia Nuestra Señora del Carmen
Fundada en 1953, cuando el Sáhara era una provincia española, la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen era un punto de encuentro para los 27,000 cristianos, principalmente militares y funcionarios españoles, que residían en la entonces llamada Villa Cisneros. Sin embargo, tras la retirada de España en 1975, la comunidad cristiana disminuyó drásticamente y la iglesia cerró sus puertas.
Durante los años siguientes, la iglesia sufrió varios intentos de demolición, pero resistió gracias a la intervención de los habitantes locales. En 2015, comenzó a abrir esporádicamente para atender a turistas y migrantes. Fue en 2022 cuando decidió abrir de forma permanente, convirtiéndose en un refugio para quienes buscan consuelo y asistencia en su peligrosa travesía hacia Europa.
Un refugio para migrantes en Dajla
El hermano italiano Silvio Bertolini, quien se mudó a Dajla desde El Aaiún para asumir la gestión de la iglesia, destaca la importancia de este espacio para los migrantes. "Ahora los domingos tenemos entre 40 y 70 personas, principalmente migrantes de países como Costa de Marfil, Senegal, Mali y Burkina Faso, además de algunos turistas", comenta Bertolini.
La ruta migratoria más mortífera
La iglesia se encuentra en un punto crucial de la ruta migratoria hacia las Islas Canarias, conocida como la travesía más mortífera del mundo. Miles de migrantes llegan a Dajla con la esperanza de cruzar el Atlántico en embarcaciones precarias. Durante su estancia, muchos encuentran en la iglesia un lugar de oración y apoyo. Cáritas, una organización benéfica, también opera en el recinto, proporcionando medicamentos, alimentos, productos de higiene y ropa a los migrantes.
Desafíos y esperanza para los migrantes
A pesar de la ayuda recibida, los migrantes enfrentan constantes redadas por parte de las autoridades marroquíes, que buscan detenerlos y deportarlos o trasladarlos a otras partes del país. Sin embargo, la determinación de los migrantes es fuerte. "Nos interesamos sobre todo por las mujeres vulnerables", afirma el hermano Bertolini, quien añade que cada vez llegan más personas en busca de ayuda. Cáritas atiende a unas 150 personas al mes, gracias a las donaciones de la comunidad local.
Un futuro incertidumbre pero persistente
La vida en Dajla no es fácil para los migrantes. Muchos viven hacinados en pequeños pisos, trabajando en la industria conservera o la hostelería para ahorrar el dinero necesario para su viaje. A pesar de los desafíos, la posibilidad de un futuro mejor en Europa los impulsa a continuar. Bertolini señala que el regreso a sus países de origen es visto como una derrota, lo que refuerza su determinación de seguir adelante.
La reapertura de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen en Dajla simboliza la resiliencia y esperanza en medio de la adversidad. Este pequeño templo no solo representa un legado histórico, sino que también desempeña un papel crucial en la vida de los migrantes que buscan un nuevo comienzo. En un mundo donde las fronteras y las barreras son cada vez más evidentes, la iglesia se erige como un testimonio de humanidad y solidaridad.
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